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Opinión

“En lugar de cuidar el bolsillo de los consumidores, el gobierno dificulta que las caídas de precios beneficien al consumidor”.

Economista

En su propósito de impulsar el consumo, el MEF ha recibido la enorme ayuda de los mercados internacionales con la fuerte caída del precio del petróleo, así como la normalización en los precios del maíz, el arroz y el azúcar. La necesaria caída de los precios internos de estos productos debería dar un gran empuje al consumo, y consecuentemente al crecimiento.

Increíblemente, en lugar de cuidar el bolsillo de los consumidores, el gobierno rema a contracorriente dificultando que las caídas de precios internacionales beneficien al consumidor. Ha permitido aún tímidas rebajas en el precio de los combustibles y ha encarecido injustificadamente el precio de los alimentos al aplicar fuertes sobretasas a los aranceles de los alimentos. Se llega al despropósito de justificar a los productores aceptando que agoten los stocks de petróleo caro que compraron. Es decir, el riesgo comercial de los inventarios se traslada al consumidor. Los combustibles se mantienen 6% más caros que lo que mandarían los llamados marcadores de precios internacionales. En el caso de la gasolina de 84 octanos, por ejemplo, se ha recurrido a una triquiñuela en el cálculo del precio de referencia internacional para elevarlo tramposamente al introducir un marcador más caro (CBOB87). El cambio de la metodología fue hecho por Petroperú, aceptado por el Ministerio de Energía y Minas y también, con inexplicable complicidad, por el regulador Osinergmin: ¡un caso típico de captura del regulador por parte del regulado!

Para el GLP, donde el precio se regula de acuerdo a un esquema de bandas, el gobierno recientemente cambió tal esquema para permitir rebajas mayores (de 4.5% cada dos meses en lugar del 1.5% anterior). Donde se dan situaciones que rayan el absurdo es en el caso de las sobretasas que se aplican a la importación de tres importantes productos agrícolas: maíz, arroz y azúcar. Estas sobretasas se aplican tomando como referencia los precios internacionales de los últimos 60 meses, pero, debido a que los precios permanecieron extraordinariamente altos respecto a la normalidad actual, el gobierno impone sobretasas descomunales: ¡entre 34% y 50%! En realidad los precios internacionales han regresado a los niveles del 2010, donde la fórmula no resultaba en sobretasa alguna. En cambio, debido al impacto de los precios de aquellos 60 meses, hoy el cálculo arroja sobretasas inauditas. Una tremenda distorsión que, en el caso del maíz (alimento básico del pollo), impacta sobre el precio en un sol por kilo; nada menos que un sobreprecio de 1,200 millones de soles sobre las espaldas de los consumidores.


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