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Opinión

“Francia continúa siendo una nación agobiada por el desempleo. El 30% de los jóvenes permanecen desempleados”.

Economista

La revuelta social más grave en la historia reciente de Francia ocurrió en marzo del 2006, sumiendo en el caos a todo el país. Las manifestaciones que incluyeron a estudiantes, organizaciones de maestros, trabajadores del sector transporte y sindicatos, lograron el apoyo de partidos y medios de prensa de izquierda. Por más de dos meses la mayoría de las 89 universidades francesas entraron en huelga y decenas de facultades fueron tomadas y clausuradas por los estudiantes. El transporte ferroviario y aéreo de toda Francia resultó afectado, mientras que los enfrentamientos con la policía produjeron miles de detenidos y decenas de heridos.

La causa de toda esta convulsión fue la promulgación de una ley para aliviar el masivo desempleo juvenil causado por la extremadamente rígida legislación laboral francesa. Impulsada por el Primer Ministro Dominique de Villepin, la “ley para la igualdad de oportunidades” (Loi pur l’egalité des chances) había sido concebida para enfrentar el desempleo, que en Francia alcanzaba a 27% de los jóvenes; casi el triple que la tasa de desempleo general, y era considerado ampliamente el causante de las revueltas juveniles del 2005. Estas revueltas fueron protagonizadas por jóvenes desempleados, muchos de ellos inmigrantes o hijos de inmigrantes. La nueva Ley contemplaba condiciones flexibles para jóvenes desempleados menores de 26 años que accedían a su primer contrato, e incluía igualmente disposiciones para la capacitación laboral.

A pesar que la Ley estaba dirigida a ayudar a los jóvenes, eran estos los que iniciaron las protestas a la que después se unirían las centrales sindicales y toda la oposición política. Précarité (precariedad) se convertiría en la palabra clave con la que los oponentes de la Ley describían sus posibles consecuencias: la pérdida de la seguridad y los beneficios de la sociedad de bienestar de la que gozan los trabajadores franceses.

En abril del 2006 el presidente Jacques Chirac firmó la derogatoria de la Ley.
Francia continúa siendo una nación agobiada por el desempleo. La tasa general de desempleo es de 10.2% mientras que 30% de los jóvenes permanecen de- sempleados. El crecimiento francés es raquítico, la deuda pública roza el 100% del PBI, y tiene un sistema de pensiones que agobia el presupuesto público que debe recaudar el 52% del total del PBI en impuestos y otros ingresos.
¿Suena conocido? En el Perú, 90% de los jóvenes menores a 25 años permanecen en la informalidad sin derecho laboral alguno o abiertamente desempleados.


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