Enrique Castillo,Opina.21
ecastillo@peru21.com
¿Por qué Susana Villarán y el comando de campaña por el No han elegido la confrontación y la actitud defensiva como su norte? Durante los primeros días de su mandato municipal la alcaldesa decidió atacar todo lo que hizo y dejó por hacer la gestión anterior, en lugar de continuar lo bueno y deshacerse de lo malo.
Durante la recolección de firmas y en esta campaña por la revocatoria, los del No la han emprendido agresivamente contra todos los que apoyan el Sí, en lugar de “separar la paja del trigo” y tratar de ganarse a quienes tienen un legítimo descontento. Y, finalmente, la alcaldesa promete un gobierno municipal de ancha base, pero, nuevamente, deja fuera de la convocatoria a todos los que apoyan el Sí.
Adicionalmente, el No mantiene como símbolo de su campaña los brazos cruzados hacia adelante ¿cómo escudo, defensa, rechazo, “contra”? El No necesita de la gente que tiene el Sí y de los indecisos, ¿por qué se pelea con ellos?, ¿por qué los ataca y los separa?
¿Toda la estrategia de campaña del No se basó en los paneles de personalidades con esos brazos cruzados? Quizás los del No nos sorprendan esta semana y den respuesta a esta interrogante, pero es obvio que al agotarse el esfuerzo que permitió una marcada tendencia al alza, la campaña del No necesita urgentemente un segundo impulso, un segundo empujón, una nueva sorpresa creativa que le permita el giro definitivo.
Lejos de eso, la alcaldesa ha cerrado su campaña antes de la difusión de las últimas encuestas y del debate, negándose a sí misma la posibilidad de tener la última palabra.
Con todo, nada está dicho.
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