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"Mi más grande exceso lo cometí en el amor"

“A mis 35 años me muero por ser mamá. Quiero completar la familia y ser feliz”, nos dice Maricielo Effio, actriz, bailarina y, además, empresaria.

Foto: Rodrigo Málaga.
Foto: Rodrigo Málaga.

Maricielo Effio,Actriz
Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com

Maricielo Effio es bailarina y actriz… pero también empresaria. Este jueves, a las 8 p.m., reinaugura Talentos M&E, su escuela de danza, y lo hace trayendo a Free Expressions Lombard Twins, un grupo de baile argentino afincado en Nueva York, que dictará este sábado y domingo una clase maestra. Lugar: calle Julio Becerra 227, Miraflores. Informes: 447-7718.

Ahora eres una empresaria…
Quise dedicarme a lo que siempre me atrajo: la danza, la actuación, el arte. Por eso, con Ernesto, mi esposo, decidimos convocar talentos, prepararlos y hacer que, en el futuro, tengan un espacio en la televisión, en el teatro, en la danza, es decir, ayudarlos a conseguir un futuro laboral en el arte. Por eso, también tenemos una productora de eventos. Aquí dictamos cursos comerciales, es decir, preparamos a los chicos para que hagan desde ballet clásico hasta sexy dance, pasando por los bailes de salón como la salsa, el jazz, el ballet… lo que hoy te piden las empresas para sus eventos. Y, para el próximo año, ya preparamos nuestro primer musical. Si no podemos comprar los derechos de alguna obra de Broadway apostaremos por algo local.

En infraestructura, tu escuela ha mejorado mucho…
No es suficiente contar con un piso y un espejo. El nombre, la fama, no bastan para hacer empresa. Nuestra primera etapa se apoyó en los amigos, pero ahora empezamos una nueva etapa. Talentos M&E, mi empresa, cumple ya dos años y busca convertirse en un espacio cultural. Queremos que sea un punto de encuentro para los artistas, donde haya música, se presenten libros, donde se organicen conversatorios, tertulias, etcétera.

¿Te sientes más bailarina que actriz?
No. Lo último que he hecho ha dejado esa sensación, pero yo también me siento una actriz. Empecé a los 17 años en Los de arriba y los de abajo y, entre series, novelas y películas, debo haber estado en 15 producciones. Uno de mis últimos papeles lo hice en Dioses, la película de Josué Méndez. Pero el 2013 será mi año como actriz.

Ya han pasado varios años desde Dioses…
Me fui a vivir un par de años a Estados Unidos. Me instalé en Miami, hice cosas para Telemundo, comerciales, pero Miami no es una ciudad para quedarse, allí uno pierde hasta la nacionalidad (ríe). Y regresé porque me ofrecieron participar en la serie del Grupo 5 y porque ya deseaba hacer empresa.

Te ha ayudado mucho el haber estado en el programa de Gisela, ¿no?
Comercialmente, sí. Estar allí te da presencia, pero no necesariamente nombre. Yo tengo una carrera de 21 años, desde que fui Paquita (ríe). Y sí, es verdad, algunos de mis alumnos vienen porque estuve en El Gran Show, pero otros vienen porque nos conocen, porque aprecian nuestro trabajo. Los bailarines que saben, que quieren ser profesionales, no se guían por la vitrina que te da El Gran Show, porque es un programa comercial.

No ganaste ninguna edición del programa…
He ganado mucho reconocimiento (ríe). No olvidemos que no es una competencia de baile sino un reality. ¿Me quedé picona? Jamás. ¿Me sentía mejor que los demás participantes? Hacía lo mejor para mí y para el público, hice un buen trabajo.

¿Qué tal el matrimonio?
No es cosa fácil, más aún cuando la pareja trabaja junta y se ve todo el día. Nosotros batallamos para darnos espacio, para no cruzarnos porque, de lo contrario, dónde quedaría el encanto. Tenemos dos años de casados pero no sabemos qué va a pasar más adelante. Una extraña la soltería. Una se acuerda de las cosas que hacía de soltera –salir jueves, viernes y sábados, por ejemplo– y ahora no puedo por las responsabilidades del matrimonio. Además, hay que cuidarse. ¿De las apariencias? No, porque la gente conoce como soy. Para empezar, soy bastante fiel.

¿Harías otro desnudo?
El que hice en Dioses fue parcial y muy bien argumentado. Y si tuviera que repetir una escena así, no lo dudaría, porque soy actriz y me encanta actuar.

Y cuando te miras al espejo, ¿te gustas?
Sí. Todavía el espejo me soporta (ríe). Y como hago deportes y bailo todo el día no tengo ningún achaque. Como mi vida es tranquila y sin excesos, me siento muy bien…

¿No cometes excesos ni en el amor?
(Ríe). El amor ha sido mi más grande exceso. Mi historia de amor ha sido un ejemplo para otros. Ernesto y yo hemos construido nuestra vida solos, somos una pareja de empuje. Y hoy, con mi familia, todo está súper bien.

Ernesto, tu esposo, es de Breña, ¿qué tal te sientes en su barrio, en su entorno?
Yo soy feliz oyendo al Grupo 5 y viendo a Lady Gaga. Además, soy querida por todos, tengo feeling con la gente. Y cuando los amigos son queridos, no importa su origen ni el escenario.

AUTOFICHA

- He estudiado en todas las escuelas de baile de este país. Con Olga Shimasaki, con Lucy Telge –fui solista del Teatro Municipal– con Tatiana Izquierdo, con Marcela Pardón.

- Trabajar en Dioses fue maravilloso. Si Josué Méndez me pide trabajar otra vez con él me tiro a la piscina. Y, sí, volvería a hacer un desnudo.

- Soy bien peruana: mestiza, canela, capulí. Aunque dijeron que me sentía diva, no es verdad. Soy una ciudadana de a pie, cuya carrera le exige exposición, pero nada más.


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