07.NOV Jueves, 2024
Lima
Última actualización 08:39 pm
Clasificados
Opinión

Cuando era niño y le decía a mi mamá que a mi camisa de colegio le faltaba un botón, ella sencillamente no quería más problemas, y me respondía: “No, no le falta”.

Cuando era niño y le decía a mi mamá que a mi camisa de colegio le faltaba un botón, ella sencillamente no quería más problemas, y me respondía: “No, no le falta”. Lo mismo cuando le decía que había pisado caca. Mi mamá miraba la suela y decía: “No es caca, es barro”. Igualito como mi mamá respondió Wilfredo Pedraza, ex ministro del interior, cuando en su momento se le preguntó por la ola de crímenes, asaltos y cogoteos. “Es una percepción”, dijo el ministro. Para él, el balazo en la cabeza del muerto y el bujiazo en la luna del auto eran “una percepción”. Otro ministro de este gobierno, Jiménez Mayor, dijo que la sensación de inseguridad era pura histeria colectiva. La histeria y la percepción eran las que robaban y mataban. Consultado sobre el mismo tema, el presidente Ollanta dijo que no tenemos mucho de qué preocuparnos porque el sicariato es producto de la globalización. Entonces Urresti, su ministro del Interior, saltó a explicar que lo que había querido decir el jefe era que el sicariato no es producto peruano sino importado y añadió que deberían ser los ladrones los preocupados por el sicariato. Así responden nuestros padres de la patria ante la evidente inseguridad, igual como me respondía mi mamá cuando era chiquito. Para eso, mejor que gobierne mi mamá; por lo menos, yo me sentiría más seguro.


Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.