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Opinión

“Las propuestas y reformas jamás van a estar inspiradas en el bien común y, en cambio, siempre dominadas por cálculos políticos”.

Postulantes a las elecciones del 2016: no creo que esto les importe pero igual les cuento que antes me indignaba con ustedes y ahora solo miro todo este ridículo evento como el cásting de una comedia perversa. Veo a Urresti rapeando al lado de un modelo vestido de soldado que se agarra las bolas. Da risa, de hecho, sobre todo porque es malísimo cantante, pero además no plantea nada, solo quiere bajarse a Alan y a Keiko, como quien dice: soy mucho mejor que ellos (facilísimo, cualquiera lo es) pero tú, elector obligado, eres tan poco importante que no mereces que te explique por qué soy mejor. O.K., gracias Daniel, el siguiente, por favor. Y entonces aparece PPK, un hombre al que siempre he respetado por su sensibilidad unida a su conocimiento práctico de la economía, y resulta que se ha jalado para su show al papá de Ciro Castillo, solo porque el pobre hombre es famoso porque su hijo se perdió y murió en el Colca. A ver, quién sigue. Y aquí viene el pastor Humberto Lay, que se opone radical y religiosamente al aborto por violación porque la Biblia dice… y meses después, también porque la Biblia dice, propone matar a los delincuentes porque resulta que Dios le ha dicho que ojo por ojo es chévere. Entonces, según el pastor Lay, tú, mujer violada, estás obligada a tener el hijo del salvaje que te atacó, pero no te preocupes: si sale delincuente, nosotros tenemos derecho a matarlo, aunque criándolo hayas aprendido a amarlo, que fue lo que te pedimos inicialmente.

Y pienso (ah, por cierto, ¡los electores pensamos!) que mientras ustedes sigan metiendo sus mandíbulas en lo que no valoran, fingiendo que sí lo valoran, como si fuéramos idiotas, las propuestas y reformas jamás van a estar inspiradas en el bien común y, en cambio, siempre dominadas por religiones, egos y cálculos políticos bajo los cuales no se es empático ni solidario, solo se es un cínico estratega.

Hace poco un biólogo me explicó que el reino animal se divide en tres tipos de conductas: la de los reptiles, que no sienten nada y solo se ocupan de su supervivencia individual, la de los monos, que solo piensan en su clan y nada más; y la de los humanos, idealmente al servicio de su familia pero también de su comunidad. Ustedes, candidatos, están moviéndose como reptiles, sin pensar ni sentir nada, hacia donde manda su propio tablero de ajedrez. Pero esto no es un juego, deja de serlo cuando perder significa destruirnos como país gracias una movida estúpida de ustedes. Y si esto no les importa, entonces a nosotros tampoco nos importa lo que tengan que decirnos.

FE DE ERRATAS: Ayer (sábado) se publicó esta columna con el nombre de Mariana de Althaus.


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