Tengo una lista larga e imposible, pero da igual, ni entran en tu trineo, ni vendrás, ni existes. Por eso mismo voy a pedirte muchas cosas que, para nada, dependen de ti.
Te pido que nos traigas textos escolares que alerten sobre el agua y cómo esta va a desaparecer si no la cuidamos. Textos que ayuden a los niños a entender qué significa que el 30% de nuestros glaciares ya se ha extinguido y qué consecuencias trae eso en nuestras vidas. Lo mismo con los árboles y cómo gracias a ellos tenemos oxígeno, comida, bebida, hogar y hoguera, medicinas, sombra y protección.
Te pido que nos traigas alas para que viajemos y nos enamoremos de este país tan grande. Conocernos más para querernos más, no solo tomarnos un selfie con chullo en Machu Picchu para presumir de nuestras hazañas turísticas en las redes, sino entendernos y respetarnos cuando nuestra relación con la tierra, el amor, la fe, el concepto de éxito y de felicidad, etc., no son los mismos. Que veamos la diferencia como una oportunidad de ser más ricos.
Te pido que te lleves el abuso y el olvido. Que las distintas orientaciones sexuales se reconozcan y se respeten. Que las religiones no sean una excusa para aterrorizar a más peruanos, quitándoles su capacidad de crear y disfrutar, hundiéndolos en la represión y la culpa. Te pido que el sexo sea siempre un acto feliz y voluntario, lo mismo que la reproducción. Que a los violadores de niñas y niños les corten el pene y los sometan a limpiar baños públicos, atados a un grillete de por vida. Te pido que nuestros congresistas se bañen en el mar y los revuelque una ola bien grande, para que salgan del agua llenos de arena y con la ropa de baño en las rodillas, dando gracias por estar vivos, más conscientes de su insignificancia, y que se enteren, de una vez, que trabajar no es torturar a autoridades educativas ni científicas, que legislar no es cambiar las reglas del juego para inflar más sus propios egos o bolsillos. Tráeles, por favor, un espejo, que se miren a los ojos ellos mismos, a ver si pueden sostener ese careo sin sentir vergüenza.
Te pido que ningún niño crezca pensando que solo algunos merecen escuelas, salud y felicidad. Que los ancianos caminen tranquilos y tengan todos los beneficios que les corresponden. Que los bomberos cobren un sueldo. Ah, y en cuanto a los pirotécnicos, te pido que quienes planean reventarlos esta noche se los metan por el orto, simplemente. Esto último, de parte de nuestros ilustres perros.
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