La aprobación del presidente Kuczynski ha caído 7 puntos en el último mes. Lo veíamos venir. Su primer año de gobierno nos ha dejado una sensación de orfandad. La percepción de un presidente que no tiene claro qué es lo que está haciendo sentado en Palacio.
Un país no se puede gobernar dando marchas y contramarchas. Y ello es precisamente lo que hace el presidente desde que se puso la banda presidencial.
Desde el intento equivocado por reactivar la economía, el enfrentamiento con el fujimorismo, y el guiño constante que se le hace a ese sector políticamente correcto.
El presidente, sintiéndose acorralado, falto de asesores políticos y sin ser consciente de la debilidad que enfrenta, buscó apaciguar a la oposición fujimorista utilizando el indulto al ex presidente Fujimori. Cuando nadie se lo había pedido. Cuando la crispación política estaba al alza, pretendió dar un golpe, pero olvidó que él no tiene la fuerza para sostenerse. Y enfrentado a las críticas contra el indulto, decide inventar una figura: la del perdón médico. Y uno se pregunta de dónde sale. ¿Es que está recogida en la Constitución, en algún tratado, en el Código Penal?
Tenemos un presidente que da la impresión de que cada mañana se levanta sin tener un norte, sin saber adónde va, sin haber entendido que fue elegido para gobernar el país.
Sin una agenda clara ni el interés por construir una visión de país que nos enrumbe hacia el bicentenario algo más institucionalizados. Parecería que nos gobierna un hombre que no tiene claro qué está haciendo. Tanto así, que a su lado, el ex presidente Humala parece un ser racional.
Luis Bedoya Reyes, en una entrevista reciente, sostiene que el presidente Kuc-zynski es un hombre que no se encuentra a sí mismo. Por el bien del país, es momento de que el presidente asuma el cargo para el que fue elegido.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.