Antezana, aseguró que los antecedentes del narcotráfico en el norte del Perú son vastos y que se remontan a poco más de la media década.
“En la década de los 60, droga del Alto Huallaga y del Valle del Río Apurímac y Ene (VRAE) llegaba hasta Trujillo, Chimbote y el mismo Chiclayo, que entonces eran parte de las rutas terrestres que utilizaban los traficantes. Desde esas ciudades trasladaban la ilegal mercancía por caminos de herraduras y trochas carrozables hasta Ecuador”, detalló el especialista en temas de narcotráfico.
Agregó que décadas después, a mediados de los 90, la costa norte comenzó a emplearse para transportar cocaína, esta vez por vía marítima.
“Hubo varios casos de incautación de cargamentos de cocaína en embarcaciones pesqueras desde el año 95 hasta el 98, más o menos, que evidencian esta situación”, refirió.
Indicó que en el año 98 hubo una caída del precio de la cocaína y, además, se retiraron del país los cárteles colombianos que operaban en el Perú, hechos que generaron una contracción de la producción de PBC y un retroceso del narcotráfico en el norte.
“Desde el año 2000 hasta la actualidad, esta parte del país volvió a ser un escenario importante del traslado de la droga por vía marítima, debido a que ese tipo de tráfico pasa casi inadvertido”, finalizó Antezana.
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