22.NOV Viernes, 2024
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Opinión

La cinefilia es una extraña pasión, una suerte de vicio y condena que suele apoderarse de los espectadores desde una edad muy temprana. Cabrera Infante decía que su fascinación por las películas había empezado cuando aún estaba en el vientre de su madre, incorregible cinemera. Sea como fuere, lo cierto es que el escritor cubano, antes de incursionar en la literatura, se entregó de lleno a lo que él denominaba un oficio del siglo XX: la crítica cinematográfica, que ejerció en forma muy creativa. Mientras tanto, en Europa, esta actividad se desarrollaba gracias a los aportes de André Bazin y la revista Cahiers du Cinéma, que promovió la “teoría del autor” (y el movimiento de la nouvelle vague) y contribuyó a revalorar el cine como un arte, más allá del simple entretenimiento.

En el Perú, hace cincuenta años surgió la revista Hablemos de Cine, fundada por jóvenes estudiantes de la Universidad Católica, entre los que se contaban Isaac León Frías, Federico de Cárdenas, Juan M. Bullitta y Carlos Rodríguez Larraín, quienes tenían como mentor al entonces sacerdote Desiderio Blanco. Esta publicación cumplió un rol fundamental al proponer un nuevo enfoque crítico a partir de la puesta en escena y los valores propiamente fílmicos y erigirse como un foro de análisis y debate. Sus postulados no solo estimularon nuestro alicaído medio cultural, sino que obtuvieron una resonancia internacional, lo que atrajo como colaboradores a destacados especialistas franceses, españoles y latinoamericanos. Más aún, la revista se mantuvo atenta a los cambios sustanciales que jalonaban el devenir cinematográfico en el ámbito continental, acordes con la conmoción política de la época. Por otra parte, Hablemos de Cine también fue una cantera de realizadores y se empeñó en evaluar, con un rigor no exento de polémica, el proceso de gestación del cine peruano hasta 1986, año en que salió su último número.

Según Truffaut, si se pregunta a los niños qué les gustaría ser cuando sean grandes, ninguno dirá que quiere ser crítico de cine. No obstante, Isaac León Frías y Federico de Cárdenas, los dos fundadores sobrevivientes de la mítica revista, siempre tuvieron claro que su pasión era ver películas y escribir sobre ellas. Ambos han recibido un merecido homenaje en el 19° Festival de Cine de Lima, al que nos sumamos desde esta tribuna. Son varias las generaciones de cinéfilos que se han nutrido de sus inspirados y perspicaces comentarios, los cuales continúan apareciendo en la prensa local. Quién sabe, es posible –como aventuró uno de ellos– que la cinefilia sea una manera de prolongar la infancia, de hacer que los sueños e ilusiones sigan proyectándose en las pantallas de nuestras vidas.


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