Guido Lombardi: Selfie a la corrupción

Según la última encuesta de Ipsos Perú, el ránking de la corrupción de nuestros líderes políticos es el siguiente: el 45% de los encuestados considera que la primera dama, Nadine Heredia, es totalmente corrupta; la sigue de cerca el presidente Ollanta Humala con 44%. En el mismo rango de los cuarentones, están Alan García con 42% y Alejandro Toledo con 40%. Bastante más rezagada aparece Keiko Fujimori, con el 23%, y podríamos decir que Pedro Pablo Kuczynski (PPK) tiene buena fama, porque solo el 11% lo considera totalmente corrupto.

De la foto se desprenden varias preguntas y certezas. La primera: el que maneja el poder recibe una sanción mayor. A Nadine y Ollanta nadie les ha probado grandes robos. Lo suyo son las carteras y los chocolates. Frivolidades inaceptables que afianzan en el ciudadano la idea de que al poder se llega para beneficiarse.

La percepción sobre los ex presidentes Toledo y García es más obvia. El primero no logra superar las mil y una versiones sobre Ecoteva; y el segundo ha sumado a su mala fama de los ochenta el gravísimo caso de los ‘narcoindultos’.

No podemos negar, sin embargo, que, dada la magnitud de las acusaciones que rodean a García, resulta benévolo este cuarto puesto, que obviamente se lo debe a la eficiencia partidaria a la hora de lavar culpas propias y embadurnar honras ajenas.

El premio a lo insólito es para Keiko Fujimori: a pesar de tener al padre preso por haber presidido uno de los gobiernos más corruptos del mundo, ella sale casi airosa.

Finalmente, a PPK no se le percibe como corrupto. Curioso porque su fama de lobbista no parece suficiente para desconfiar de él.
Tal vez existe cierta certeza de que el gringo ya tiene plata y no necesita andar robándoles a los peruanos.

Sea como fuere, injusto o justo, este es el selfie de la corrupción de nuestros líderes políticos, en el que todos se acomodan para salir lo más escondidos posible en la foto.