Aquí importa lo que se come y se bebe, no la decoración. Ricardo Carpio es un purista del pisco; Israel Laura, de los sabores criollos. Carpio lo tuvo claro siempre; Laura, quien posee formación española, está reencontrándose con los sabores de su casa, con las sazones de su país, el Perú.
Quienes los conocemos no entendemos por qué no se asociaron antes. Son amigos, sus oficios son complementarios. Ricardo nos dice: “La cocina de Israel es franca, estructurada, con carácter, como el pisco”. Y Laura replica: “A mí me encantan los chilcanos y los piscotónic, y no hay nadie que los prepare como Ricardo”.
“¿Y sus platillos y sus bebidas se complementan?”, les preguntamos. “Claro”, responden con seguridad. “Los langostinos acholados, la ternera al vino, la fideua del puerto, el patito ítalo-peruano y los anticuchos del estadio maridan muy bien con el chilcano a nuestro estilo, con el Dakar (pisco, ginger ale y damasco) y con el maracuyá fresh”. Probamos todo… y es verdad.
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