Emociones bajo control

Tener que levantarse temprano. Enfrentar el tráfico. Hacer trabajos en grupo. Rendir exámenes. Ir a trabajar. ¿Se imagina lidiar con todo esto? Pues, son retos que tiene el alumno de hoy en día.

Además, los estudiantes tienen más presión para ser mejores en corto tiempo. “Antes, por ejemplo, una maestría se llevaba a los 30 o 40 años. La tendencia actual es haber estudiado una antes de los 30 años”, dice Eillen Díaz, psicóloga del Área de Bienestar Estudiantil de la Universidad ESAN.

Lo fácil sería perder el control por culpa de tantas expectativas. Sucumbir ante el estrés, la ansiedad y terminar echando todo por la borda. ¿Cómo evitar esto? Pues, siendo consciente de que se van a pasar momentos de todo tipo. Se experimentará alegría por ser independiente, aprender nuevas cosas o sacar buenas notas, pero también se van a vivir episodios de nerviosismo y frustración. Las reglas del juego son esas.

La actitud, entonces, debe estar orientada a la conservación de la calma. Esta se puede conseguir de diversas maneras. Una fórmula que funciona: orden, planificación y metas claras. Asimismo, resulta clave saber pedir ayuda profesional. La mayoría de los centros de educación superior cuentan con un departamento psicológico que brinda asesoría a los alumnos. No estaría de más darse una vuelta por ahí en caso sea necesario.