01.MAY Miércoles, 2024
Lima
Última actualización 08:39 pm
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Opinión

Los últimos acontecimientos políticos han dejado en evidencia la poca importancia que se le da a la labor de inteligencia en el país. Da la impresión de que todos han sido influenciados por las películas de espías, y que todo se reduce a realizar seguimientos y “escuchas” telefónicas a potenciales o reales “enemigos”.

Olvidamos que la verdadera función de la Inteligencia es generar conocimiento anticipado para la toma de decisiones, ya sea en el ámbito político o empresarial. Ante la alta complejidad y alta indeterminación del mundo que nos rodea, no existe mejor receta para la supervivencia (de un gobierno o de una empresa) que conocer por anticipado lo que los actores sociales o los competidores vienen haciendo o pretenden realizar.

Cerrar temporalmente la DINI, en un momento donde las pasiones comienzan a calentarse por el inicio de la campaña electoral del 2016, y que será un espacio de actuación rico en posibilidades para grupos antisistema (Movadef, MRTA, etnocaceristas, “verdes”, etc.), es negarle al Estado (no al gobierno) la capacidad de poderse defender legalmente al cortarle su arma principal de análisis para la anticipación estratégica.

Situaciones dolorosas del pasado, como el ‘Baguazo’, se pudieron evitar si el conocimiento anticipado generado por una verdadera labor de inteligencia hubiese sido aprovechada por las autoridades de ese entonces. Quisiera creer que el gobierno comprende que el cierre temporal de la DINI es dispararse a los propios pies, pero que responde más bien a su propia necesidad de borrar las huellas del uso ilegal de los recursos de la institución para realizar el seguimiento a opositores políticos o a potenciales aliados tránsfugas.

Lo que nuestra frágil democracia requiere es contar con las armas legales que le permitan enfrentar anticipadamente las amenazas que se ciernen sobre ella. Prever el futuro no es un vano y prescindible ejercicio de análisis, es una labor clave para de- sarticular a los actores sociales internos y externos que pretenden llevarnos al caos y a la miseria.


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