El ministro Piero Ghezzi ha lanzado un reto a todo aquel que no crea en su amado Plan de Diversificación Productiva (PDP). Asumimos el desafío.
Al parecer, el ministro Ghezzi se ha quedado detenido en el tiempo. La Diversificación Productiva fue la estrategia que siguieron principalmente los países asiáticos durante los años 80, cuando recién despegaba la revolución tecnológica que ahora nos gobierna, y nacía la Economía y Sociedad de la Información y el Conocimiento. Al parecer, Produce desconoce que desde el año 2011 el mundo ya cambió de Era, y ahora vivimos en la Era de la Tecnología Consciente (ETC).
La ETC se fundamenta en cuatro campos tecnológicos: Nuevos Materiales Nanoestructurados (grafeno y otros), Biología Sintética (manejo de nucleótidos), Computación Cuántica e Inteligencia Artificial. Lamentablemente, en el PDP no se mencionan estas tecnologías en lo absoluto. La convergencia de estos campos ya permite el desarrollo de bienes y servicios que están creando nuevos mercados (“océanos azules”) porque el paradigma vigente hoy es el de la diferenciación, manufacturas basadas en innovaciones reales.
Más aún. Para el PDP, China es solo nuestro principal comprador de productos de exportación. Pero no se menciona que China y la India están negociando para dominar al alimón todo el mercado mundial de baja y media tecnología, es decir, desde clavos hasta automóviles, pasando por textiles, calzado, muebles e incluso software. De hecho, la India ni siquiera es mencionada en el PDP, como si los productores de Gamarra no sufrieran ya sus efectos.
El Perú merece mejores futuros que los que prevé el PDP del ministro Ghezzi.
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