Desde Rusia con terror

El presidente Humala aprovechó su viaje a la cumbre de APEC en Pekín para realizar la primera visita oficial de un jefe del Estado a Rusia. Durante la misma se han firmado varios convenios bilaterales de cooperación en la promoción del comercio, el turismo y la protección del medio ambiente. Hasta allí todo claro.

Nadie duda de la conveniencia para nuestro país de intensificar y consolidar sus relaciones con todos los países del mundo. Pero las sombras aparecen cuando un portavoz del Kremlin informa que en la reunión entre ambos mandatarios también se abordó la construcción, con tecnología rusa, de una central nuclear en nuestro país.

Eso ha llevado a Ricardo Vásquez Kunze (Perú21, 9 de noviembre) a decir que “de concretarse, valdría por todo lo poco que ha realizado Ollanta Humala durante su presidencia”. No puedo sino discrepar, amistosa pero radicalmente con Ricardo. La construcción de una central nuclear en nuestro país no solo es innecesaria (por el enorme potencial hidroeléctrico no desarrollado y el surgimiento de generación de energías alternativas), sino que está contraindicada por nuestra ubicación en zona de alta incidencia sísmica, por no mencionar el altísimo costo de construcción y mantenimiento.

No hay que remontarse a Chernóbil para evaluar los riesgos de una operación de este tipo, aunque vale la pena recordar que allí más de 600 mil personas sufrieron los efectos de la radiación y todavía hoy se desconoce la incidencia real del accidente en la mortalidad de las personas. Más recientemente en Fukushima, como consecuencia de un terremoto de 8.9 grados, los tres reactores de la planta nuclear colapsaron y provocaron decenas de muertes y obligaron a la evacuación de 170 mil personas.

Así que no, apreciado Ricardo. Nada de centrales nucleares. Quedémonos, por ahora, con los ofrecimientos de desarrollar la red ferroviaria y de construir el túnel transandino.