Comienzan las apuestas

Mónica Delta,Opina.21
Previamente al discurso presidencial, comenzó la estampida parlamentaria en el grupo del gobierno. Aunque, a decir verdad, esta se inició cuando el grupo encabezado por Javier Diez Canseco (Q.E.P.D.) se apartó de la bancada nacionalista.

Hoy, con la oportunista salida de Jaime Delgado (ya no es más el engreído de Nadine y tiene que buscar cómo acomodarse para la próxima elección), Gana Perú se ha quedado con 36 escaños, igual número que Fuerza Popular. Keiko y Nadine, ambas presidentas de sus partidos políticos, comparten, además de la misma fecha de nacimiento –con un año de diferencia–, la misma aspiración: llegar a la Presidencia de la República.

La suma de ambas agrupaciones parlamentarias, si fueran estrategas, más allá de sus discrepancias partidarias, podría usarse para ejecutar las reformas sustanciales que el sistema político clama, como bien ha señalado en su columna Alfredo Torres. Esto sería de utilidad para ambas lideresas y para el país, pero eso es impensable en la perspectiva de un gobierno inexperto y arrogante.

El caso de la lideresa fujimorista está limitado siempre por los avatares de un expresidente (su padre) que está pagando, con cárcel, las consecuencias de sus actos de gobierno.

En el medio observamos el impertinente lanzamiento de una supuesta candidatura de Ana Jara, quien ni siquiera está segura de que obtendrá los votos de confianza para ella y su gabinete en momentos cruciales para el país.

La juventud y falta de pericia política de un afanoso Sergio Tejada (o quien lo digita) generan una aseveración de esa naturaleza con el tonto propósito de desviar la discusión de la eterna duda sobre las intenciones de la primera dama en el 2016.

El remedio parece peor que la enfermedad en esta coyuntura. Hay nueve agrupaciones en el Congreso y, a medida que la fecha electoral se acerca, seguirán saltando del barco gubernamental y tratando de llegar a alguna orilla por cuenta propia o ajena. ¿Quién da más? ¡Comienzan las apuestas!