09.MAY Jueves, 2024
Lima
Última actualización 08:39 pm
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Opinión

El debate de mantener el voto preferencial o eliminarlo para regresar a la fórmula de lista cerrada merece una alternativa intermedia.

Es preciso llegar al distrito uninominal, es decir, distritos electorales pequeños para que el elector tenga un contacto directo con la persona que lo va a representar en el Congreso. Pongamos como ejemplo a Lima. La capital tiene 36 representantes. De eliminarse el voto preferencial, hoy la alternativa sería la lista cerrada en la que cada partido propone 36 candidatos. De ese número, en el mejor de los casos, saldrían electos los primeros seis de cada lista; los demás integrantes, como saben que no van a ser elegidos, ni siquiera harán campaña. Seamos sinceros.

Sin embargo, Lima tiene 43 distritos y la mayoría de ellos podría tener, por lo menos, un representante en el Congreso con la figura del distrito uninominal. Los distritos grandes como San Juan de Lurigancho, San Martín de Porres y Comas tendrían un congresista, y otros distritos pequeños y vecinos, como el caso de Lince, Jesús María y Pueblo Libre, o Punta Negra, Punta Hermosa, Pucusana, San Bartolo y Santa María del Mar podrían juntarse para tener su propio legislador. Es decir, los partidos tendrían candidatos por cada distrito de Lima, y todos harían campaña. Lima estaría realmente representada en el Congreso.

El distrito uninominal garantiza y mejora la representación. Está mal, por ejemplo, que un distrito como San Juan de Lurigancho, con más de un millón de habitantes, no cuente con un congresista verdaderamente comprometido con su problemática local.

Como vemos, el distrito uninominal fortalecería la democracia interna de los partidos políticos, se acabarían las pugnas para ser los primeros en cada lista, y la fuerza política partidaria se redistribuiría por toda la ciudad para hacer una buena campaña.

El distrito uninominal es más democrático; ordenaría el trabajo de representación en el Congreso de la República. Veamos si alguien le quiere poner el cascabel al gato.


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