Alfredo Ferrero: Escenario político convulsionado

Han transcurrido diez meses de gestión que iniciaron con gran optimismo y esperanzas… El escenario hoy luce otro matiz. A pesar de los esfuerzos del premier Zavala, el gobierno luce desgastado no solo por la naturaleza de la función, sino por los acontecimientos ocurridos, algunos imprevisibles, aunque gobernar en minoría es siempre complicado.

La primera crisis se produjo con el escándalo del asesor presidencial Moreno, acusado de corrupción. Ello invitó a una crisis en un sector socialmente sensible como es salud.

Poco tiempo después, el ministro Saavedra, ratificado por PPK, es censurado por el Congreso. Se nombra a la ministra Martens, que ha generado simpatías y antipatías por el tema de la ideología de género. El “Tsunami” llegó con el caso Lava Jato y la corruptela de Odebrecht que toca a tres gobiernos: Toledo, García y Humala. Y aunque el presidente no estuviera comprometido, esto ha ensuciado el escenario político, impactando en la confianza del inversionista.

Como si no fuera suficiente, sufrimos el fenómeno de El Niño costero, y estamos inmersos en una cuantiosa reconstrucción. Tras ello, llegó Chinchero y el problema de las adendas, lo que llevó a la interpelación del ministro Vizcarra (además, primer vicepresidente) y su autocensura, renunciando anticipadamente a un informe de la Contraloría.

Varios otros ministros están en la mira. Basombrío fue interpelado ayer por temas de seguridad ciudadana y la marcha de Movadef. La ministra de Salud podría seguir sus pasos por la epidemia de dengue tras El Niño, y Thorne fue obligado a renunciar tras la negativa del pleno a su pedido de “cuestión de confianza” a raíz de los audios con el contralor por Chinchero.

La censura a ministros es un derecho constitucional, pero el uso y abuso del mecanismo también desgasta políticamente al Congreso y su mayoría.