Papá Noel,Figura navideña
AUTOR: GONZALO PAJARES
gpajares@peru21.com
Vive en el Polo Norte, pero todos los años llega al Perú trayendo alegría, abrazos y regalos para todos aquellos que aún creen en el espíritu navideño. Es Papá Noel.
¿Qué ha hecho para convertirse en alguien a quienes los niños tanto quieren?
Los niños me quieren, en principio, por los regalos, pero yo siempre les explico que estos son el intermediario entre una buena intención, una frase no dicha y las ganas de hacer sentir mejor a otra persona. Por eso, el mejor regalo puede ser un abrazo. A veces, los regalos reemplazas los abrazos y besos que nunca debimos dejar de dar… y esto hay que cambiarlo. Decir “te quiero”, “te extraño”, “te felicito”, no tienen precio y, por eso, son más valiosos.
¿Qué le diría a quienes dicen que Papá Noel no existe, que se acaba con la niñez?
Soy un intermediario del espíritu, de los sentimientos, de las emociones de la Navidad… y todo esto es imperecedero. A los adultos les pediría que no se olviden del espíritu del Niño Dios.
Usted es el símbolo del espíritu navideño…
Solo continúo una hermosa tradición de origen inmemorial. Se ha investigado mucho acerca de mi origen, y hoy se habla de apariciones mías dos mil o tres mil años antes de Cristo. Yo representaba –y represento– a aquella gente bienintencionada y bondadosa que, en determinadas fiestas, se preocupaba de la niñez y eso implicaba, a veces, algunos regalos. Luego, el cristianismo asume mi imagen y aparece la figura de San Nicolás, un santo que se convirtió en el modelo a seguir.
¿Qué hizo de Nicolás un santo?
San Nicolás fue un obispo de origen adinerado, quien ayudaba a la gente necesitada, pero de forma anónima. Paseaba por el pueblo vestido como todos, escuchando las necesidades de las personas. Hay una historia famosa: Tres mujeres querían casarse, pero no tenían dote. San Nicolás les dejó una barra de oro en las botas tejidas que, por costumbre, se colgaban en las puertas de las casas. Así las chicas pudieron casarse y ser felices.
Navidad es una fiesta para conmemorar el nacimiento de Jesús, pero usted le ha quitado protagonismo…
Esto me da cierta vergüenza, pero, por otro lado, me da la oportunidad de hablarle a la gente y rememorar el porqué de la Navidad y mencionar a mi jefe, el Niño Dios. Solo soy un permanente cumplidor de las buenas intenciones de muchas personas, y así, demostrar que la bondad existe.
¿Y vive en el Polo Norte?
Sí, y me encanta. Pero no me molesta venir al Perú, es un viaje delicioso. Como verás, mi apetito es voraz y acá se come de lo mejor (y lanza su ‘jojojo’ famoso). Hace muchos años Coca-Cola me invita a traerles alegría a los niños, yo aprovecho esto para probar la deliciosa gastronomía peruana… y hasta ahora no termino de conocer toda su riqueza (ríe).
Hábleme de su traje…
Ha sido de muchas formas y maneras. Hasta que, por una curiosa coincidencia, Coca Cola, en 1928, convoca a Papá Noel a participar en su campañas y, así, en 1932, el artista Habdon Sundblom concibió el traje que uso hoy, y que, por cierto, se ve bastante bien (ríe).
Hay muchas bromas acerca de Papá Noel. Dicen que no trabaja mucho…
(Ríe). Es parte del desconocimiento de mi trabajo. Si bien llego en diciembre, el resto del año preparo mi visita a todos los hogares del mundo. Y a mis oídos han llegado esas bromas. Por ejemplo, se mofan de mi sonrisa y en lugar de decir ‘jo-jo-jo’ dicen ‘flojo-jo-jo’ (risas). Y a algunos vaguitos les dicen Papá Noel: trabaja solo una vez al año (risas). Lo bueno es que yo no veo a mi trabajo como tal, porque me gusta.
¿Hay solo un Papá Noel o existe un ejército de Papá Noeles?
No me gusta hablar de ‘ejércitos’. Digamos que somos una multitud de gente bienintencionada que contribuye a transmitir el espíritu navideño.
¿Qué es lo más bonito que le ha dicho un niño?
Hay tantas cosas, pero permítame que le cuente una anécdota. Una vez con Coca-Cola promovimos una campaña para donar regalos, incluso de segunda mano pero en buen estado, para luego llevarlos a los barrios más necesitados. La campaña fue un éxito porque reunimos unos 120 mil donativos, y eso nos demostró que hay personas que realmente se preocupan por los demás, que reivindican el amor. Y dentro de estos ‘donantes’ había un niño que lloraba mucho. Pedí que me lo acercaran, le di un gran abrazo y le pregunté por qué lloraba. Él no pudo contestar por el llanto, pero la mamá me dijo: “Papá Noel, mi hijo quiere colaborar con la campaña, pero está donando el juguete que más quiere. Por eso llora: está feliz por alegrar a otro niño, pero triste porque perderá su juguete más querido”. ¿Te das cuenta? En el sacrificio de este niño está el verdadero espíritu de la Navidad.
AUTOFICHA
- Me llaman Papá Noel, Santa Claus, San Nicolás, etcétera. Lo importante es que siempre lo hagan con cariño. Mamá Noela no es mi esposa, es mi hermana.
- Leo todas las cartas que me llegan. Y me he modernizado, hoy recibo cartas por correo electrónico, mensajes de texto, Facebook, etcétera.
- Conmigo trabajan, en el Polo Norte, duendes, gnomos, elfos, todos fabricando regalos. Luego, los más experimentados pasan a ser mis ayudantes directos.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.