Todos nuestros padecimientos climáticos tienen un solo origen: el significativo calentamiento del mar. Una costa acostumbrada a aguas relativamente frías está condenada por el bloqueo que le imponen los Andes a ser climáticamente desértica. Eventualmente, como ahora, los vientos encargados de mantener al agua fría dejan de hacer su trabajo y hacen uno inverso: permiten el ingreso de agua caliente. Por eso llueve más en Piura, luego Chiclayo y ahora la costa central. A lo largo del año, las temperaturas del mar suelen ser más frías a mediados de setiembre y más cálidas a mediados de marzo. Ese es el problema: ha coincidido un calentamiento importante de las aguas con el momento en que ellas están más calientes. La temperatura total del agua está en 28 °C en gran parte del tercio norte del país. Ello corresponde a aguas típicas de los trópicos y se evaporan y producen lluvias igualmente típicas. De eso se originan huaicos, calor, etc. En abril, las temperaturas del mar deben bajar y también los terribles impactos.
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