Estamos a un mes de empezar el invierno. Este año arranca en la noche del 20 de junio. El clima costero que vive influenciado por lo que sucede en el mar adyacente sigue bajo los efectos de un evento El Niño costero que deambula entre ser débil y moderado hasta las mediciones de esta semana.
El resultado práctico: hemos tenido un otoño claramente cálido y relativamente más seco. Apenas pocos episodios de lloviznas.
Ahora, sin embargo, las fuerzas frías del clima van a empezar a hacerse sentir.
La pregunta es ¿cuánto? A la fecha, las noches limeñas están un buen par de grados por encima de lo normal. Eso es bastante. Pensar en que esa diferencia se va a suprimir o más aún revertir en los próximos 30 días, es difícil por cuanto el mar se mantiene cálido y los vientos que sostienen esa calidez están allí.
El Anticiclón del Pacífico, motor de los vientos costeros que enfrían nuestra ciudad y que le da el clásico cielo “panza de burro” en invierno, no ha mostrado la fuerza de otros años.
Así las cosas, esperamos un invierno gris, cuya cobertura nubosa, fría y cantidad de lloviznas sean de menor magnitud que un invierno típico de Lima. Desde el 2013, la capital no tiene un invierno fuerte. Este año parece que tampoco.
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