El general venezolano Wilmer Barrientos, jefe del plan militar de seguridad electoral, aseguró hoy que el país se encuentra “en completa calma” en víspera de los comicios para elegir al sucesor del fallecido presidente Hugo Chávez.
Siempre “en estos eventos” electorales “hay cierto nerviosismo y la gente comienza a exagerar, pero el país está en completa calma”, subrayó Barrientos, jefe del Plan República, como se denomina el programa de asistencia militar a los procesos electorales, en una entrevista con el canal privado Venevisión.
Sobre la detención de “generadores de violencia”, como los ha llamado en las últimas horas el ministro del Interior, Néstor Reverol, Barrientos señaló que las autoridades serán “contundentes contra grupos anárquicos que quieran crearle e imponerle a la gran mayoría escenarios de violencia”.
Los venezolanos “tienen que tener confianza” en sus instituciones, en especial en la FANB, cuyos miembros “respetarán los resultados” de los comicios que decidirán quien terminará en 2019 el mandato que inició Chávez el 10 de enero pasado, fallecido el 5 de marzo, añadió el general.
El hasta entonces vicepresidente del país, Nicolás Maduro, asumió como presidente encargado y, junto al líder opositor, Henrique Capriles, es uno de los favoritos para ganar los comicios del próximo domingo.
Maduro, destacó Barrientos, “pidió que una de las instrucciones más importantes que hay que darle a todos los miembros de la Fuerza Armada es que actuemos apegados a la ley y seamos respetuosos de los resultados que ese día arrojen las urnas electorales”.
Reiteró en ese sentido que dan “plena garantía de que ninguno” de los soldados que custodian ya en los 13,638 centros de votación de todo el país “participe o se inmiscuya en el proceso de votación”.
Sobre el cierre anticipado de la frontera con Colombia, Brasil y Guyana, después del pasado martes y hasta el próximo lunes, Barrientos dijo que fue “una medida acertada”.
“Los habitantes de las zonas fronterizas me han expresado su satisfacción por la mayor presencia de alimentos (…) que, en otras oportunidades y por todas las pretensiones de generar zozobra, son sacados al otro lado de la frontera”, sostuvo.
Dirigentes de la oposición tildaron el cierre de “arbitrario” y pidieron al máximo tribunal del país que se pronuncie sobre la medida, habitual antes de cada elección, aunque en esta oportunidad se tomó con mayor antelación que en ocasiones anteriores.
El ministro del Interior justificó la decisión diciendo que había “planes desestabilizadores” para generar violencia en la frontera.
En compañía de Barrientos, el ministro del Interior dijo el lunes pasado que hasta entonces habían sido apresadas 19 personas, 17 por supuestos actos de sabotaje contra la red eléctrica y dos “uniformados” por delitos que no precisó.
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