La legalización de indocumentados está cada vez más cerca en Estados Unidos. Senadores anunciaron un pacto sobre una reforma legislativa para facilitar la legalización de más de 11 millones de inmigrantes y revolucionar así el sistema migratorio.
Tras varios fracasos, un grupo de ocho autoridades —cuatro demócratas y cuatro republicanos— han preparado una propuesta que, pese a ser larga y costosa, cuenta con una posibilidad de éxito en el Senado.
“Por primera vez, hay más riesgos políticos en oponerse a la reforma migratoria que en apoyarla”, afirmó Chuck Schumer, uno de los autores de la propuesta. El senador pronosticó que podría votarse una ley en septiembre próximo.
Esta reforma plantea que los ‘ilegales’ en EEUU tendrán que registrarse, demostrar su plazo de estancia, pagar una multa, ponerse al día de los impuestos impagos, dar varias entrevistas, aprender inglés y estudiar la historia y el sistema político del país americano. Cumplidos esos trámites, serán puestos en la cola de las solicitudes legales de visado.
De acuerdo con el senador Schumer, la idea es, en términos simples, hacer una especie de borrón y cuenta nueva que clarifique la situación real de los inmigrantes y envíe el mensaje que ya no se admitirá más ilegalidad.
Por otro lado, Barack Obama presentará hoy de manera extensa su posición sobre la reforma migratoria en un debate en Nevada. El presidente americano planea lanzar una ofensiva durante su exposición para conseguir el apoyo de la ciudadanía a sus propuestas.
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