Casi mil personas resultaron heridas tras la caída de fragmentos de un meteorito en la provincia rusa de Cheliábinsk, en la zona de los Urales.
La mayoría de las víctimas, un centenar de las cuales fueron hospitalizadas, sufrieron cortes a causa de los trozos de vidrio que saltaron debido a la onda explosiva producida por el cuerpo celeste.
La Academia de Ciencias de Rusia calculó que el meteoro, que cruzó como un rayo el cielo sobre los Montes Urales, pesaba cerca de 10 toneladas. En un comunicado emitido horas después del fenómeno, indicó que el cuerpo celeste ingresó a la atmósfera de la Tierra a una velocidad de al menos 54,000 kph.
El fenónemo provocó que rocas ardientes brillantes se vean a lo largo de varios kilómetros a medida que entraban a los Urales, y dejó una enorme estela de nubes.
Residentes de Cheliábinsk, ciudad a 1,500 kilómetros al este de Moscú, la más grande en la región afectada, reportaron temblores de tierra, ventanas destrozadas y alarmas de autos que se disparaban durante la lluvia de meteoritos.
“Hubo pánico. La gente no sabía qué estaba sucediendo. Todos iban a otras casas para ver si los habitantes estaban bien”, dijo Sergey Hametov, un residente de Cheliábinsk.
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