La justicia de Pakistán prolongó hoy, a petición de la Policía, la detención preventiva de Rimsha Masih, una niña cristiana acusada de blasfemia por quemar papeles que contenían versos del Corán, mientras se espera una nueva audiencia del caso.
La menor, quien acudió a una diligencia esta mañana, llegó a un tribunal de la capital de Islamabad en un furgón de la Policía, protegida por unidades de élite armadas y con la cabeza tapada por un chal blanco para no ser reconocida.
“Solicitamos prorrogar su detención preventiva dos semanas para llevar a cabo más investigaciones y el tribunal aceptó la petición”, declaró a la agencia AFP Munir Jafri, un Policía al frente de este caso.
Una nueva audiencia está prevista para mañana en base a la petición de excarcelación de la adolescente y de la validez del informe elaborado por un grupo de médicos que estima que Rimsha tendría “unos 14 años” y que padece de retardo mental.
La edad de la adolescente es un factor importante en el caso, ya que sus abogados desean que sea conducida ante un tribunal de menores, que normalmente dicta penas más clementes.
Rimsha, que vive en Mehrabad, un barrio popular periférico de Islamabad, fue acusada hace dos semanas por los vecinos de quemar páginas del “Norani Qaida”, un manual de introducción al islam para niños, en el que hay escritos versos del Corán.
En Pakistán insultar al profeta Mahoma es sancionable con la pena de muerte y quemar un versículo del Corán, con cadena perpetua, en virtud de la ley sobre la blasfemia.
Apoyada por los islamistas radicales, pero impugnada por los liberales, esta ley se convirtió en un tema controvertido y el Gobierno evitó modificarla a pesar de las presiones de la comunidad internacional para que la reformara.
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