Unas 258,000 personas murieron a causa de la hambruna que azotó Somalia entre octubre de 2010 y septiembre de 2012, entre ellos 133,000 niños menores de cinco años, señala un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El Coordinador Humanitario de la ONU, Philippe Lazzarini, declaró hoy que la cifra supone un aumento dramático de víctimas mortales en relación a la hambruna de 1992.
El informe, elaborado con la ayuda de Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), la Red de alerta contra la Hambruna (Fews-Net) y otras agencias de la ONU, estima que el “4,6% de la población total y el 10% de los niños menores de cinco años murieron en el sur y el centro de Somalia”.
La hambruna, que afectó a unos cuatro millones de somalíes, fue provocada por una sequía en África que se agravó por la catastrófica situación de inseguridad y la guerra civil que el país enfrenta desde la caída del presidente Siad Barre en 1991.
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