Mitt Romney nunca quiso postular a la Casa Blanca y si hubiera encontrado a alguien que ocupara su lugar se lo daba, afirmó Tagg Romney, hijo del excandidato a la Presidencia de Estados Unidos por el Partido Republicano este año.
“Si hubiese encontrado a alguien para reemplazarlo, él hubiera estado feliz de cederle el puesto”, expresó Tagg en una entrevista con el diario Boston Globe.
“Él quiere mucho a su familia y quiere transcurrir mucho tiempo con ella, tiene una gran fe en Dios y adora su país, pero no le gusta ser el centro de atención”, acotó.
Después de no conseguir la nominación republicana en 2008, Mitt Romney le dijo a su familia que no postularía más. Pero su esposa Ann y su hijo Tagg lo convencieron para hacerlo otra vez.
En su nuevo intento, Romney sufrió una gran desilusión porque no pudo contar con Mike Murphy, el arquitecto de su campaña electoral para ser gobernador de Massachusetts. Entonces confió en Stuart Stevens, con quien ya había trabajado en la campaña de 2008.
Y fue Stevens quien decidió apuntar su estrategia de ataque contra el presidente Barack Obama y sobre la economía, en ver de describir a Romney como un hombre con experiencia. Muchos creen que esto lo alejó de la clase media y dañó su imagen.
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