El lanzamiento de un cohete de largo alcance por Corea del Norte, la segunda prueba de este tipo en lo que va de año, desató hoy la condena internacional, que llegó de Estados Unidos, la Unión Europea, la OTAN y numerosos países, mientras que Rusia y China fueron más templados en sus críticas.
Pese a todas las advertencias internacionales, Pyongyang lanzó el cohete de varias etapas Unha-3 desde el noroeste del país, confirmó un portavoz del Ministerio de Defensa en Seúl. Según medios japoneses, la primera etapa cayó poco después al este de las Filipinas, en el Mar Amarillo.
El lanzamiento se realiza pocos días antes del primer aniversario de la muerte del presidente Kim Jong-il el 17 de diciembre y de la toma de posesión de su hijo Kim Jong-un, que los analistas consideran quería hacer una demostración de fuerza con este paso.
El lanzamiento sorprendió a muchos analistas, dado que el régimen en Pyongyang había prolongado el último lunes la ventana de lanzamiento en una semana hasta el 29 de diciembre. Por eso se había especulado con problemas técnicos.
El cohete portador puso en órbita un satélite científico según lo planeado, informaron hoy medios estatales de Corea del Norte. También las autoridades de defensa aeroespacial de Estados Unidos apuntaron que un objeto fue puesto en órbita, mientras que Corea del Sur aseguró que el despegue fue aparentemente un éxito.
Un lanzamiento similar el pasado abril terminó en fracaso y fue condenado por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Pese a los fines pacíficos que alega Corea del Norte, su vecino del sur, Estados Unidos, Japón y otros países temen que el lanzamiento de un cohete espacial sea en realidad la tapadera del lanzamiento de un misil intercontinental capaz de portar cabezas nucleares.
Estados Unidos, que no tiene relaciones diplomáticas con Pyongyang, calificó de “provocación” el lanzamiento. La Unión Europea amenazó con adoptar nuevas sanciones contra Corea del Norte. La OTAN “condenó con firmeza” el lanzamiento e instó a Corea del Norte a “cumplir con sus obligaciones internacionales”.
El presidente surcoreano, Lee Myung-bak, convocó poco después al consejo de seguridad nacional, según indicó un portavoz en Seúl. Japón hizo lo mismo y Tokio quiere convocar al Consejo de Seguridad de la ONU, que podría reunirse hoy mismo. Una resolución de ese organismo prohíbe a Pyongyang el lanzamiento de cohetes “utilizando técnicas balísticas”.
China, aliada de Corea del Norte, señaló que “lamenta” el lanzamiento, efectuado “a pesar de las graves inquietudes de la comunidad internacional”.
Rusia también indicó que lamenta profundamente este lanzamiento, que “desafía a la opinión internacional, incluyendo llamados de Moscú”.
Corea del Norte reafirmó que proseguirá con su programa espacial, a pesar de las posibles sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU, a quien no le reconoce autoridad en la materia.
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