Los desafíos económicos que heredará quien gane las elecciones presidenciales en Venezuela este domingo abren una incógnita sobre la capacidad real del país para sostener la estrategia política con la que Hugo Chávez forjó alianzas, a contrapelo de Washington: la “petrodiplomacia”.
El presidente encargado de Venezuela y candidato oficialista Nicolás Maduro, favorito en las encuestas por más de 10 puntos, promete honrar los acuerdos de cooperación energética que firmó Chávez con varios países de América Latina, como Cuba, Argentina, Nicaragua, Uruguay, Brasil, Ecuador y Bolivia, y socios no tradicionales como Rusia y China.
El opositor Henrique Capriles, de su lado, afirma que parte del “cambio” que propone a los venezolanos está en la política petrolera: “Se va a acabar la regaladera”, afirmó anoche en Barquisimeto, en el cierre de su campaña electoral.
“No va a ir una sola gota de petróleo más para financiar el gobierno de los Castro en Cuba. El señor Castro utiliza a los venezolanos, a nuestro pueblo, para que ese gobierno se enriquezca”, expresó en otro mitin.
Si Caracas corta el suministro de ‘oro negro’ a la isla (que asciende a unos 100,000 barriles de crudo al día), La Habana retiraría de Venezuela a sus especialistas que trabajan en los sectores de la educación y la sanidad.
Incluso Capriles Radonski aseguró que está averiguando la “cifra exacta” de la deuda que Brasil y Argentina mantienen con Venezuela por hidrocarburos y dejó entrever que la cobraría de llegar a la primera magistratura.
“Por ahí estamos averiguando la cifra exacta de una deuda que (hay) con Brasil y con Argentina, con este parece que hay una deuda milmillonaria en términos de los subsidios en materia petrolera”, declaró Capriles en una entrevista.
Esta semana también afirmó que Argentina debía US$13,000 millones a Venezuela por venta de petróleo a precios subsidiados, a lo que el canciller argentino Héctor Timerman respondió señalando que la cifra forma parte de “una campaña de calumnias” contra Argentina.
El político venezolano replicó asegurando que el régimen argentino se acostumbró a los beneficios de los pactos petroleros realizados por el fallecido Chávez que solo buscaban ganar simpatías políticas en la región.
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