El exdictador guatemalteco José Efraín Ríos Montt fue condenado hoy a un total de 80 años de prisión, 50 por genocidio y crímenes de guerra y 30 por delitos contra la humanidad, por los crímenes perpetrados por el Ejército en contra del grupo étnico ixil entre 1982 y 1983, en lo más cruento de la guerra civil guatemalteca.
Además, el tribunal penal de Guatemala revocó la “detención domiciliar” de que gozaba el exdictador de 86 años y ordenó su inmediata detención y traslado a una prisión preventiva.
“El acusado tuvo conocimiento de todo lo que estaba ocurriendo y no lo detuvo”, dijo la jueza Yasmín Barrios al leer el fallo, echando por tierra los argumentos de Ríos Montt de que en el Ejército había autonomía de mando y él no era responsable de lo que hacían sus subordinados.
Cerca de 200,000 personas, en su mayoría indígenas, fueron asesinadas durante la guerra civil que se extendió entre 1960 y 1996, pero, en particular, el juicio contra Ríos Montt se centró en la masacre de al menos 1,771 indígenas de la etnia ixil maya durante su breve Gobierno, entre 1982 y 1983.
“¡Justicia, justicia!”, gritaron decenas de indígenas ixiles vestidos con sus coloridos trajes típicos que estaban presentes en la corte durante la lectura del fallo.
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