El papa Francisco pidió este sábado a los parlamentarios franceses que no duden en “derogar” leyes, para “otorgarles la calidad indispensable que eleva y ennoblece al ser humano”.
Las palabras del Pontífice, que recibió en el Vaticano a una delegación de senadores y diputados provenientes de Francia, aludían claramente a todas las leyes contrarias a los principios de la iglesia católica, como las que conciernen al aborto, a la eutanasia, al matrimonio homosexual y a la bioética.
“Su trabajo es sin lugar a dudas técnico y jurídico, y consiste a proponer leyes, modificarlas o derogarlas”, dijo el Papa a los parlamentarios presentes.
El Papa consideró también “necesario” dar a estas leyes “un suplemento, un espíritu, un alma que refleje no sólo las modas e ideas del momento, pero que les otorgue también la calidad indispensable que eleva y ennoblece al ser humano”.
El principio de laicidad que rige las relaciones entre el Estado francés y las diferentes religiones no debe traducirse en sí en una hostilidad frente a la realidad religiosa, o en la exclusión de la religión de la esfera social y de los debates que la animan”, añadió el Papa en su discurso ante la delegación francesa.
Francisco recordó que Francia, en donde fue adoptada hace poco una ley que autoriza el matrimonio entre personas del mismo sexo, es una “nación que otros países miran a menudo”.
El primer matrimonio entre homosexuales en Francia tuvo lugar a finales de mayo, 11 días después de la proclamación de la ley de “matrimonio para todos”, que fue una de las principales promesas de campaña del presidente socialista François Hollande.
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