Agentes de la Policía de España rescató con vida ayer a un bebé de dos días atrapado en el hueco del desagüe de un edificio en Alicante, al que lo había arrojado su madre para deshacerse de él.
Un vecino del predio llamó a los bomberos porque oía maullidos que procedían de las tuberías, pensando que podría tratarse de un gato atrapado.
Pero ya en el lugar, los policías y socorristas descubrieron que se trataba del llanto de un recién nacido, que tenía aún el cordón umbilical y la placenta. Además, estaba envuelto en una bolsa de plástico.
El bebé, que pesa 2.1 kilogramos, fue trasladado al Hospital General de Alicante. El pequeño se encontraba grave pero estable, ya que sufrió una fractura en un brazo y otras lesiones no detalladas.
El Ministerio del Interior español dijo que investigadores determinaron que una mujer, de la que no se facilitó el nombre, vivía en el edificio y se internó el 21 de junio en el Hospital General de Alicante, donde dijo al personal que había sufrido un aborto.
Cuando la Policía llegó al hospital a interrogarla, la mujer –de 26 años–reconoció que no quería tener al bebé y que carecía de dinero para hacerse un aborto.
La mujer quedó detenida y ya se iniciaron las pesquisas para determinar si ella actuó sola o si recibió ayuda de alguien más para deshacerse del bebé arrojándolo al desagüe comunal del inmueble.
Este caso recuerda el dramático rescate –en mayo último– de un bebé recién nacido en China, que estaba atrapado en una tubería del desagüe después de que su madre intentara dar a luz en secreto.
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