Un soldado estadounidense se declaró culpable este miércoles de matar a 16 campesinos afganos el año pasado, en una audiencia militar en la que espera escapar a la sentencia de muerte, admitiendo no poder explicar los “horribles actos” cometidos.
El sargento Robert Bales, quien aparenta más de sus 39 años, parecía incómodo cuando el juez militar Jeffery Nance le pidió que usara sus propias palabras para explicar de qué se reconocía culpable.
“Maté a esa persona con un arma de fuego antes de incendiar su cuerpo”, repitió 16 veces, en relación a los 16 aldeanos afganos, en su mayoría mujeres y niños, muertos en marzo de 2012, en medio de la noche.
Interrogado sobre el motivo de sus actos, afirmó no poder explicarlos: “Me lo pregunté millones de veces desde entonces. No hay una buena razón para explicar los actos horribles que cometí”.
Bales estaba acompañado por sus abogados John Browne y Emma Scanlan en una sala abarrotada, en la Base conjunta Lewis-McChord, al sur de Seattle, donde está detenido, durante el juicio.
Scanlan presentó declaraciones de culpabilidad por todos los cargos contra Bales, incluyendo seis intentos de asesinato y siete de asalto. Diecisiete de las 22 víctimas eran mujeres o niños y casi todos recibieron disparos en la cabeza.
Bales se declaró no culpable de una acusación de conducta impropia, al tratar de impedir la investigación dañando una laptop.
El juicio propiamente dicho comenzará el 19 de agosto y Bale solicitó un jurado de 12 miembros, un tercio de los cuales son oficiales activos. La acusación no confirmó en lo inmediato que renuncie a pedir la pena de muerte. Para la condena a la pena capital se requiere un veredicto unánime.
“La pena será pronunciada en setiembre y sabrá entonces si es condenado a cadena perpetua o si podrá beneficiarse con libertad condicional”, dijo el abogado del militar, John Browne, en una entrevista televisada.
Este hecho sangriento se suma a una serie de incidentes que habían aumentado la tensión en las relaciones entre Washington y el presidente Hamid Karzai, principalmente la incineración de ejemplares del corán en la base de Bagram, además de la difusión de fotos de Marines orinando sobre cadáveres de afganos.
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