La Corte Suprema de Estados Unidos reforzó hoy los derechos de las parejas homosexuales al declarar inconstitucional una ley de 1996 que define al matrimonio como una unión entre un hombre y una mujer y que por tanto impedía a los esposos del mismo sexo recibir beneficios federales.
En una decisión apoyada por cinco de los nueve jueces del máximo tribunal estadounidense, se declara inconstitucional la Ley de Defensa del Matrimonio (DOMA, por sus siglas en inglés), firmada en 1996 por el entonces presidente Bill Clinton.
La normativa –que el propio Clinton dice ya no respaldar– define el matrimonio como una unión entre un hombre y una mujer y prohibe por tanto al gobierno federal ofrecer beneficios –fiscales, entre otros– o reconocer a las parejas homosexuales incluso aunque estén casadas legalmente según la ley de su estado.
El tribunal superior sostuvo que la “DOMA no puede sobrevivir según estos principios” que violan la disposición constitucional de igualdad ante la ley aplicable al gobierno federal.
Aunque el actual gobierno de Barack Obama dejó claro desde el principio que no defendería esta ley ante los tribunales, argumentaba que mientras Esta siguiera en vigor la tenía que seguir aplicando, por lo que este fallo debería abrir la puerta a un cambio de políticas estatales de la administración de mandatario demócrata.
Las parejas homosexuales que quieren contraer matrimonio en Estados Unidos afrontan en la actualidad un entramado de leyes estatales que hacen que sus opciones difieran mucho dependiendo de dónde vivan.
Solo nueve estados, más el Distrito de Columbia donde se ubica la capital, Washington, permiten por el momento el matrimonio gay, si bien este no es reconocido a nivel federal. Además, 38 estados prohiben este tipo de uniones.
Los defensores del matrimonio gay que habían llevado este asunto hasta la Corte Suprema querían de los nueve jueces del máximo tribunal fallaran, como hicieron hoy, determinando que los matrimonios entre personas del mismo sexo están protegidos bajo la Constitución estadounidense, por lo que se deben revertir las prohibiciones a las uniones gay existentes.
Sus detractores habían apelado al alto tribunal para que protegiera la definición tradicional como una unión entre un hombre y una mujer.
El Supremo también abrió el camino para que el matrimonio gay vuelva a ser legal en California en una decisión de procedimiento sobre la Proposición 8, una enmienda a la Constitución de ese estado que prohibió en 2008 las bodas homosexuales.
El fallo del Supremo fue de procedimiento y no se pronunció sobre el fondo del caso, algo que podría haber tenido repercusiones a nivel nacional.
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