Un remoto lugar en la costa ártica de Alaska, Estados Unidos, celebró su primera boda entre personas del mismo sexo, que hasta hace unos días la ley no permitía.
Una magistrada en Barrow, Alaska —la comunidad más al norte del país, a dónde no puede llegarse por carretera— ha oficiado la que se cree que es la primera boda gay del estado días antes de lo previsto después de que un juez federal anulase la prohibición estatal.
Las parejas que esperaban el lunes para solicitar una licencia de matrimonio tuvieron que esperar tres días antes de poder celebrar los enlaces.
Para Kristine Hilderbrand, de 30 años, y Sarah Ellis, de 34, no se trataba de ser las primeras cuando pidieron y recibieron de la juez Mary Treiber un permiso para saltarse ese plazo. Era solo que el lunes se ajustaba mejor a sus calendarios.
Alaska prohibió hace 15 años las uniones del mismo sexo, ayudando a iniciar un debate a nivel nacional. El juez de Distrito de Estados Unidos Timothy Burgess dictaminó el domingo que esa prohibición violaba el proceso y la protección de las garantías de igualdad recogidas en la Constitución del país.
Su fallo se produjo a pesar de la objeción de los oponentes a los matrimonios homosexuales que dicen que son los estados, y no los tribunales, quienes deben decidir sobre el asunto.
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