La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, denunció hoy ante la Asamblea General de la ONU el caso de espionaje de Estados Unidos, calificándolo de “quiebre del derecho internacional”, y pidió un control multilateral del uso de internet.
En un encendido discurso en el plenario de líderes mundiales, Rousseff, que suspendió una visita de Estado a Washington prevista para el 23 de octubre por esta cuestión, instó a la ONU a “reglamentar como corresponde la conducta de los Estados en cuanto a la utilización de estas tecnologías”.
“Semejante injerencia es un quebrantamiento del derecho internacional y una afrenta”, dijo Rousseff con rostro serio al referirse a las recientes revelaciones de espionaje de Estados Unidos filtradas por el exconsultor de inteligencia Edward Snowden.
Rousseff advirtió que el “ciberespacio no puede ser utilizado o manipulado como arma de guerra a través del espionaje, sabotaje”, y no “puede convertirse en un nuevo campo de batalla entre Estados”.
Por ello, anunció que su país buscará “establecer un marco civil multilateral para la gobernanza y utilización de internet y protección eficaz de los datos que viajan a través de internet”.
Documentos filtrados por Snowden y publicados en la prensa indican que la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA) espió comunicaciones de Rousseff y la petrolera estatal Petrobras, que tiene gigantes yacimientos descubiertos en aguas brasileñas.
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