La alegría de los argentinos por el primer Papa latinoamericano se ensombrece con los cuestionamientos a Jorge Bergoglio por su polémica conducta durante la última dictadura militar argentina (1976- 1983).
Al Papa Francisco, lo acusan de haber quitado protección a Orlando Yorio y Francisco Jalics, dos curas de la Compañía de Jesús que fueron secuestrados, así como de haber encubierto el robo de bebés durante el régimen de Jorge Rafael Videla.
Pese a las denuncias que provienen del mismo Jalics, agrupaciones de desaparecidos y periodistas argentinos, Bergoglio negó cuando era arzobispo de Buenos Aires todas las acusaciones, aunque sí reconoció haberse reunido con Videla para pedir por las vidas de los curas secuestrados.
“Llegué a ver dos veces al general Jorge Videla y al almirante Emilio Massera para averiguar por los curas detenidos. Yorio y Jalics fueron secuestrados durante un rastrillaje. Esa misma noche en que me enteré de su secuestro, comencé a moverme. No los eché de la congregación, ni quería que quedaran desprotegidos”, relató el ahora Papa Francisco en el libro ‘El Jesuita’ (2010).
Asimismo, personalidades como el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, negaron los supuestos vínculos del actual Pontífice con la dictadura. En declaraciones a BBC, el activista de derechos humanos dijo “hubo obispos que fueron cómplices pero Bergoglio no. [Él] no tenía vínculo con la dictadura”.
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