Esteban Acuña
@estebanbigotes
[NOTA ACTUALIZADA]
El Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) —que lleva la investigación del llamado caso de colusión del papel higiénico, que involucra a las empresas CMPC y SCA— liberó hoy nuevos correos electrónicos.
En ellos se revelan conversaciones entre altos ejecutivos de SCA, reuniones en hoteles y mensajes en los que se monitorea el supuesto acuerdo, según consignó el portal T13.cl.
Un correo fechado el lunes 18 de junio de 2012, llamado ‘Alza de precios de CMPC en SMU’, enviado por Juan Oyarzún a Eduardo Hola, Marco Soto y Constanza Nuñez, dice lo siguiente:
“Eduardo/Marco: Hoy en SMU —cadena de supermercados— se hizo el alza de precios por parte de CMPC. Adjunto un resumen por producto, tanto de los precios de la semana pasada como los de hoy, enviado por Marcela Droguet de La Serena, muestra Unimarc La Recova. En resumen, el alza en Higiénicos es de un 6%, en Toalla un 7%, servilletas 7% y en algunos faciales y pañuelos un 7%. Hoy se están revisando los precios de Monserrat y Tottus. Cualquier duda, avisar”.
El correo lo firma Juan José Oyarzún, KAM Supermercados de SCA Chile.
Otro correo liberado por el TDLC, con fecha jueves 9 de agosto de 2012, lleva como asunto ‘RE: Scorecard Express’. Felipe Barahona le escribe a Eduardo Hola lo siguiente: “El precio de Favorita Acolchado se encuentra a 35 pts. bajo CMPC y 20 pts. Bajo KC. Está bien? FB”.
Los correos hablan también de reuniones que se realizaron entre ejecutivos, como uno enviado el lunes 26 de septiembre de 2011. Escribe Eduardo Hola a Felipe Barahona: “Felipe, hoy enviaré este mail a la lista de invitados. Agradeceré me digas si estás ok con el mail o le hago algún cambio”.
Más abajo, aparece la citación:
“Estimada (os) En representación del Señor Felipe Barahona, les invito cordialmente a una reunión a realizarse el día 29 de septiembre desde las 8:45 horas hasta las 19:00 en el Hotel Director de Avenida Vitacura 3600, en el salón Aconcagua, con el motivo de revisar la categoría de Consumer Tissue. Saludos, Eduardo Hola”.
[INFORME ORIGINAL]
En Chile, al papel higiénico le dicen Confort, así como en Perú a la pasta de dientes le dicen Kolynos.
Confort es una de las marcas que forma parte de la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones (CMPC), conocida como La papelera, la cual controla el 76% de las ventas de productos de papel y el 56% del mercado peruano en el mismo rubro. Junto con SCA —ex Pisa—, son las dos empresas involucradas en uno de los mayores escándalos de colusión detectados en el país sureño. (Acá puede leer el requerimiento legal).
Según la acusación de la Fiscalía Nacional Económica (FNE), las dos principales compañías papeleras del país crearon y participaron de un cartel para asignarse cuotas de mercado y fijar precios de venta de productos de la categoría de papeles. En otras palabras, acordaron ilícitamente subir sus precios desde el año 2000 al 2011. (Acá te lo explican con manzanitas).
El caso ha sido tan polémico que ha desatado la furia de los consumidores en todo Chile. El último caso reportado por radio Bio Bio señala que una clienta de un supermercado, en Concepción, escupió la cara y llamó ladrona y corrupta a una trabajadora simplemente porque prestaba servicio como reponedora en la CMPC.
El descontento y la frustración de la ciudadanía se explica porque ya es tercera vez que se descubren alzas de precios concertadas por parte de las empresas. Primero fue en las cadenas de farmacias y luego en las distribuidoras de pollos. A esto habría que sumarle la desaprobación de la mandataria por las irregularidades que cometió su hijo y el financiamiento ilegal de campañas políticas de los grupos económicos Penta y Soquimich.
En Chile, uno de los países con los más altos niveles de desigualdades en la región —donde el 1% más rico concentra el 33% de la riqueza del país— estas prácticas empresariales se ganan el repudio generalizado de la ciudadanía. En esta columna, que se ha viralizado desde que estalló la colusión, el periodista Matías Carrasco explica que “Chile ha quedado al descubierto”.
Así también otras figuras públicas, como el actor chileno Pablo Schwarz, se han pronunciado. Un video publicado en su cuenta de Facebook sobre el tema consiguió más de un millón de visitas.
EL PLAN AL DESCUBIERTO
Todo comenzó en el año 2000, con la llegada del papel ‘ACuenta’. La nueva marca era la más económica por lo que las dos grandes empresas fueron forzadas a bajar sus precios.
Para revertir esta situación, CMPC y SCA sostuvieron un acuerdo comercial ilícito para fijar nuevos montos y repartirse el mercado del papel, incluyendo servilletas, pañuelos desechables y faciales, toallas de papel y papel higiénico. Desde entonces hubo un alza en los precios del 58% entre 2000 y 2008. Frente a países como Australia, Estados Unidos, Perú y España, Chile es el que tiene el más caro por rollo de papel higiénico.
El modus operandi es de película: de acuerdo al Tribunal de Defensa de la Libre Competencia, los gerentes de ambas empresas tuvieron una reunión en un club de golf en las afueras de la capital, luego en un cuartel de bomberos de la zona oriente de Santiago.
Para facilitar la comunicación y no ser descubiertos, se crearon nuevos correos electrónicos y compraron móviles de prepago, que eran descartados cada cierto tiempo.
En 2008, cuando estalló el alza de los medicamentos, comenzaron a intercambiar información de precios y producción mediante cartas que llegaban a sus residencias como ‘Parte de Matrimonio’. En diciembre de 2011, directivos de la CMPC arrojaron algunos ordenadores al canal San Carlos, un pequeño río que cruza parte de Santiago y transporte desechos. Todo esto lo respalda la investigación de la FNE.
De esta manera, los dos conglomerados consiguieron dominar el mercado con una participación de un 90% y el alza de los precios significó para cada una ganancias cercanas a los 400 millones de dólares anualmente.
Frente a esta situación, el presidente de la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones (CMPC), Eleodoro Matte, quien encabeza una de las tres familias más poderosas del país, dijo sentirse “engañado” y pidió perdón en una entrevista concedida a El Mercurio por el ilícito cometido por sus ejecutivos subordinados.
La ciudadanía ha tomado partido optando por otras marcas que no forman parte de las empresas coludidas, como es el caso del papel higiénico Scott (reconocido por un cachorro en su envoltura), producido por la empresa Kimberly Clark, que, como se aprecia en la imágenes, se terminaron agotando en varios supermercados del país.
Excelente la gente organizada en contra de los coludidos del papel.
Papel scott (No coludido) está agotado pic.twitter.com/eyKST0Z5W3
— DonColusión (@dngonzalo) noviembre 1, 2015
#Scott ahora mi trasero es todo tuyo. pic.twitter.com/Cdtc9Y4sHt
— Mary (@Maritza_BU) noviembre 2, 2015
Y en el #Jumbo de Concón, la gente también se manifiesta contra la colusión, posom (sólo quedan 2 Scott) pic.twitter.com/aBms68a7If
— Luis Contreras (@lcontreras34) noviembre 2, 2015
Sin embargo, esta firma tampoco se salva: Fue acusada de haberse coludido en Colombia y Perú en el mercado de los pañales. Por eso, la fiscalía chilena advirtió que el caso no se inició en Chile. Perú21 se comunicó con la empresa Kimberly Clark pero estos prefirieron no dar declaraciones.
CMPC opera en Argentina, Brasil, Colombia, Chile, México, Perú y Uruguay, y entre sus principales marcas están Noble, Confort, Elite, Nova y Preferido. Es bastante difícil encontrar empresas que no estén involucradas. De hecho, muchas marcas que no son muy conocidas son fabricadas también por la CMPC y SCA.
En Chile, la colusión no es una figura penal (y en el Perú tampoco) y no se castiga con cárcel. En 2003, durante el gobierno de Ricardo Lagos, se reemplazó el delito por el aumento de multas.
De esta manera, la CMPC, al reconocer prácticas anticompetitivas, no tendrá ningún castigo pese a haber recibido el 76% de los beneficios del acuerdo durante una década.
Igual como ocurrió en 2014, cuando 10 ejecutivos involucrados en el manejo de precios de los medicamentos fueron absueltos por la Justicia. Solo SCA deberá pagar una sanción monetaria de US$15.5 millones. ¿Y ahora, qué hay de nosotros, los afectados?
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