El presidente de Bolivia, Evo Morales, es, según los sondeos, el favorito para ganar hoy las elecciones y lograr su tercer mandato consecutivo, que lo mantendría en el gobierno hasta 2020 y que ha prometido será el último. Las últimas encuestas lo ubican favorito para ganar hasta con un 60%.
Morales le lleva una ventaja de más de 40 puntos a su rival más cercano, el magnate Samuel Doria Medina, de la centroderechista Unidad Demócrata. Más atrás están el ex presidente Jorge Quiroga, el ex alcalde de La Paz Juan del Granado y el líder indígena Fernando Vargas.
Los analistas han descartado una sorpresa entre los cuatro candidatos. “La oposición ganando no podría gobernar, no sabría qué hacer. Por eso la elección será legislativa”, indicó el ex vocal electoral Jorge Lazarte.
Para la analista Maggy Talavera, crítica con el gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS), “lo que está en la mira de este proceso es la plena vigencia de las libertades democráticas, del Estado de derecho, la alternancia en el poder, las garantías constitucionales irrestrictas para todos los habitantes de Bolivia, sean o no militantes del partido oficial”.
PERFIL DE MORALES
Hijo de campesinos de la empobrecida comunidad aimara de Isallavi, Evo pasó su infancia pastoreando llamas. En su adolescencia se mudó a la ciudad, donde fue ladrillero, panadero y trompetista para pagarse el bachillerato que nunca terminó.
También probó, sin suerte,el fútbol. Este deporte no le dio fama, pero le abrió las puertas del sindicalismo en la década de 1980. En pocos años pasó de secretario deportivo a liderar las poderosas federaciones cocaleras de El Chapare, y no paró hasta la Presidencia, en 2005.
Ahora Morales, de 54 años, busca convertirse en el primer boliviano que gobierna por tres mandatos consecutivos, impulsado por un “socialismo originario” que generó crecimiento económico, abatió la pobreza y sosegó la inflación.
Sus defensores lo ensalzan como presidente humilde y trabajador, que viaja sin descanso para inaugurar obras y escuchar a su pueblo. Sus enemigos ven a un caudillo despótico y sectario que amenaza la democracia.
LAS CIFRAS DE EVO
A pesar de su encendido discurso, Morales ha mantenido la prudencia fiscal, y se ha ganado los elogios de Wall Street por el crecimiento económico sostenido, el aumento de las reservas internacionales y tener la mayor tasa de inversión extranjera de Sudamérica en relación al tamaño de la economía. Además, incrementó el salario mínimo y lanzó planes sociales.
“Lo que ha sucedido en Bolivia es una combinación de un favorable entorno económico exterior con una gestión que ha permitido aprovecharlo”, dijo Faris Hadad-Zervos, del Banco Mundial. “Gran parte del crecimiento, un 5% anual los últimos diez años, proviene de la demanda interna”, agregó.
Sin embargo, la inseguridad y el narcotráfico son dos temas que Morales aún tiene que resolver. En tanto, los especialistas ven riesgos de nuevas nacionalizaciones de empresas estratégicas y una mayor regulación a los privados.
DÉBIL OPOSICIÓN
La fortaleza del líder boliviano se afianza en la medida que al frente tiene una endeble oposición. Samuel Doria, de 55 años, fracasó en su empeño de forjar una alianza.
Aunque logró el apoyo de algunos pesos pesados de la oposición, no evitó la fragmentación. Además, ya enfrentó sonoros fracasos en 2005 y 2009 ante el líder cocalero.
La Constitución no permite una reelección más de Morales después de 2020. Sin embargo, la oposición anticipa que el Gobierno buscará que su líder gobierne hasta el bicentenario (2025).
A la oposición le preocupa que en los últimos años estuvieron habilitados 20 mil fallecidos para votar. Temen fraude.
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