Líderes políticos, inversionistas, y personas del común expresaron su beneplácito por el fin del cierre parcial del gobierno estadounidense, pero tenían ya los ojos puestos en la próxima batalla presupuestaria que puso a la mayor economía del mundo al borde del impago y amenaza la calidad crediticia de Estados Unidos.
El acuerdo aprobado el miércoles por la noche por el Congreso, horas antes que el gobierno llegara a su límite de endeudamiento de 16,7 billones de dólares, sólo permite a la Tesorería endeudarse hasta el 7 de febrero y financiar el gasto federal hasta el 15 de enero. El Fondo Monetario Internacional (FMI) pidió a Washington una gerencia más estable y de largo plazo en las finanzas del país.
El enfrentamiento estremeció los mercados globales y amenazó la imagen de la deuda del Departamento del Tesoro de EEUU como lugar seguro tanto para gobiernos como inversionistas a la hora de almacenar billones de dólares en reservas. Pocos preveían un impago, pero algunos inversionistas comunicaron a la Tesorería sus temores ante posibles retrasos de los pagos y dejaron de comprar acciones que podrían quedar expuestas a una contracción económica estadounidense.
La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, recibió complacida el acuerdo pero resaltó que la endeble economía estadounidense necesita finanzas más estables a largo plazo.
“Sería esencial reducir la incertidumbre que acompaña la conducta de la política fiscal al aumentar el límite de endeudamiento de una manera más duradera”, dijo Legarde en una declaración.
La bolsa de valores de Tokio, la mayor de Asia, ganó un 0,8% el jueves. Los mercados de Seúl, Australia y el sudeste de Asia también subieron.
Empero, ese alivio podría ser sólo temporal sin un acuerdo a largo plazo, dijo en Mumbai el economista de Standard Chartered, Samiran Chakraborty.
“En tres meses, podría repetirse esto”, agregó Chakraborty. “Si este tipo de postergación ocurre varias veces, el acomodo disfrutado por los mercados los últimos 20 días de que sería logrado un acuerdo, esa sensación podría haber desaparecido ahora”.
Además, la actuación del Congreso podría haber dañado la confianza a largo plazo en la deuda del gobierno estadounidense, a piedra angular de los mercados crediticios globales, lo que impulsaría a los acreedores a exigir mayores intereses.
“Con las tretas del gobierno estadounidense, aumentan los riesgos, por lo que podría subir el precio del dinero”, dijo el abogado Nick Chen, director gerente de la firma legal Pamir Law Group, de Taipei.
Los grandes exportadores de Asia, incluyendo China y Corea del Sur, encararon la contracción de la demanda global si el impago estadounidense hubiese afectado otras economías.
El gobierno de China, el mayor acreedor extranjero de Washington con 1,3 billones de dólares invertidos en notas del Tesoro, aplaudió el fin del cierre gubernamental.
“Este tema afecta a muchos países del mundo”, dijo la vocera de la cancillería Hua Chunyin. “Estados Unidos es la mayor economía del mundo. Manejar adecuadamente este tema redundaría en su interés y beneficio. Recibimos complacidos su decisión”.
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