22.NOV Viernes, 2024
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Opinión

Como si no tuviéramos suficiente con los destrozos del Sutep, las huelgas médicas y las broncas entre cumbiamberas travestis, a dos señoras rusas (Popova y Adrianova), no se les ocurrió mejor idea que pronosticar para este viernes un cataclismo infernal que terminaría por enterrarnos a todos los peruanos.

Carlos Carlín,Habla.Babas
Como si no tuviéramos suficiente con los destrozos del Sutep, las huelgas médicas y las broncas entre cumbiamberas travestis, a dos señoras rusas (Popova y Adrianova), no se les ocurrió mejor idea que pronosticar para este viernes un cataclismo infernal que terminaría por enterrarnos a todos los peruanos.

¿Por qué a dos señoras rusas, ¡en Rusia!, se les ocurre pensar semejante final para nosotros? Seguramente porque se la pegaron y estaban intoxicadas de vodka. Lo grave es que bastantes peruanos les creímos. Yo les creí y al final del jueves tomé precauciones. Metí en una canastita: Dos latitas de atún, 3 paquetes de galletas de soda, una botella de agua sin gas y 4 mandarinas. Busqué una zona segura para poner la canastita sin que corra el riesgo de que las mandarinas se chanquen cuando les caiga una pared encima. Me metí a la cama con zapatos y todo para no salir en medias a la calle. Como temía quedarme dormido y no sentir el techo aplastándome la cara, dejé la ventana abierta para despertar con los gritos de la vecina. Además, amarré unas maracas de la selva cerca a mi oreja para que me alerten cuando todo se mueva.

Hoy es sábado, mis sábanas están todas sucias, yo resfriado por dormir con la ventana abierta y las mandarinas siguen en la puerta. Adrianova y Popova en Rusia, duermen la borrachera y nosotros seguimos vivos. ¿Quién sigue? ¿Reinaldo do Santos? Como decía Soda Stereo, sigamos “aguardando el temblor”.


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