Lourdes Alcorta,Congresista
Autor: Patricia Quispe.
pquispe@peru21.com
Lourdes Alcorta es congresista de la Alianza Por el Gran Cambio. Su estilo político es confrontacional, pero eso no le impide ser querendona y conmoverse con facilidad, aunque –como ella misma admite– no lo parezca.
Más de seis años como congresista. ¿Cuál es su balance?
Me siento muy satisfecha de ser mujer, peruana, madre, abuela y, después, congresista; para mí es un orgullo ser congresista. Los males colectivos de las instituciones involucran a todo el colegiado, pero en lo personal me siento bastante satisfecha con las cosas que vengo haciendo y con la posibilidad y el poder de servir a la gente.
Pero es ese poder el que utilizan mal algunos de sus colegas.
Los responsables son los partidos y los candidatos presidenciales. Deberían tener un poco más de responsabilidad para ver qué antecedentes tiene cada postulante: si está casado, en qué trabaja, si les pasa la pensión a los hijos, si ha tenido algún problema legal o sentencia. Lamentablemente, el grupo que ha entrado en este gobierno es el que más escándalos ha traído.
¿Deberían exigirles formación académica a los legisladores?
En absoluto. La formación que debes tener es esa que no se escribe, que no tiene tinta, que es la ética que nace del forro, del alma. No todos los que ves con saco y corbata o tienen 40 títulos pueden garantizar decencia; al contrario, los que tienen más sabiduría y más conocimientos son peores pecadores.
¿Es difícil ser mujer en política?
En la lista de 2006, los 10 primeros números de la alianza fueron hombres, eso demuestra cómo es la situación. Debería haber un análisis interno de lo que está pasando. La población no cree en la democracia, todo lo que nos decimos es violento, los que están con unos son decencia y los que están con otros son corruptos, eso está mal.
Usted fue regidora. ¿Es injusto pedir la revocatoria a dos años de iniciada la gestión?
Me opongo a la revocatoria en general. Quien se ha buscado la revocatoria ha sido la misma alcaldesa, de quien soy amiga y compañera de colegio, porque debió asumir que le ganó por un punto a Lourdes Flores y tener claro que la mitad de limeños no votó por ella. Creo que podría evitar su revocatoria si ofrece disculpas por los errores cometidos, si se compromete a hacer un examen a toda su gerencia incapaz –porque ese zafarrancho que tiene de ejecutores es un desastre– y si hace un cronograma de entrega de obras, pero tiene que sentirlo, es carácter, es criterio.
Ese carácter que le falta a ella y a usted le sobra…
Es que he sido ejecutiva, soy mandona también.
Su imagen es, más bien, la de una mujer dura…
A mí me ha costado mucho salir adelante. Mi mamá era profesora del magisterio, mi papá fue comerciante. Mi casa era de quincha, en Barranco, y mis padres no tuvieron para una universidad. Estuve en un buen colegio, pero becada, y me siento orgullosa de que me hayan dado todo lo que estaba en sus manos. Pero, así como tengo mi imagen, que me ha costado, me he caído y me he levantado varias veces, he reído y he llorado.
¿Esa forma de ser es un escudo para protegerse entonces?
Tengo 61 años, me he protegido, pero he logrado llegar hasta acá. He manejado las más grandes empresas de publicidad del mercado, he manejado las cuentas más grandes, he ocupado siempre cargos muy altos, y ha sido por mi tenacidad y empeño. Pero también tengo mi lado de ternura, de llanto. Cualquier cosa me conmueve con mucha facilidad, aunque no lo parezca. Lo que pasa es que esta imagen es porque he sido conocida en la parte de la política.
¿Por qué es confrontacional y se altera tanto con la prensa?
Si viene un periodista y me pregunta cuándo se fundó la ciudad de Lima, lo mando al cuerno. Depende de la circunstancia y del momento. Cuando viene gente que me pide algo y está en mis posibilidades, lo hago, pero cuando me dicen: ‘Sácame este proyecto’ o me piden ser madrina, les digo: ‘Lo lamento, no lo puedo hacer’, aunque se moleste. Esta franqueza probablemente choca, pero es la forma más rápida de entenderse.
La ternura surge con los nietos.
No, no. He sido muy engreidora con mis hijos, pero tampoco he aguantado vainas. Les he dado todas las oportunidades que he podido y que la vida me ha permitido; adoro a mis nietas, pero es un cariño diferente. Puedo llorar si escucho el himno nacional o Y se llama Perú. Yo me deshidrato, lloro con facilidad, pero no tengo esa imagen realmente.
¿Cómo se define?
Como una mujer con carácter que ha sabido aprovechar todas las oportunidades que ha tenido en la vida. Soy una persona correcta, principista. Obviamente, uno mete la pata, tiene sus resbalones. Sé disculparme también, inclusive cuando no me lo piden. Si he cometido una falta, ofrezco las disculpas del caso porque, además, me siento muy mal al no hacerlo.
AUTOFICHA
- Me siento muy orgullosa de la educación que me han dado mis padres, que es la misma que les he dado a mis hijos y que espero que ellos les den a mis nietos.
- Perdí a mis padres en el año 1975, prácticamente juntos, por meses de diferencia. Entonces, me ha costado mucho salir adelante.
- Me gusta mucho leer sobre historia. Tengo mi pequeña biblioteca y sigo una disciplina determinada de horarios para dedicarlos a mi lectura.
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