¿Por qué el Gobierno sale al ataque?

Enrique Castillo,Opina.21
ecastillo@peru21.com

¿Qué hace que el Gobierno se enfrente a dos corrientes políticas que tienen todavía mucha fuerza, y un caudal electoral que puede representar a un 50% de la población?

Es difícil responder con certeza a ambas interrogantes. Tratar de anular a Alan García para allanarle el camino a Nadine Heredia en el 2016 y debilitar al fujimorismo para enfrentarlo con ventaja en los comicios presidenciales, puede ser una ingenuidad o una apuesta demasiado riesgosa.

En el primer caso, el dejar fuera de carrera a García no convalida ni “santifica” la candidatura de Heredia. Por el contrario, la ambición de la “reelección conyugal”, expresada en este tipo de maniobras, puede llegar a movilizar a diversos sectores contra el proyecto dinástico humalista. Por otra parte, la negativa al indulto puede revitalizar al fujimorismo y convertir la lucha por la libertad de Fujimori en un objetivo que vaya más allá de los linderos de la agrupación liderada por Keiko Fujimori, quien se vería beneficiada por la creciente compasión hacia su padre.

Quizás exista una tercera motivación que aún no la conocemos. Hay quienes hablan de que el Gobierno estaría buscando generar un desprestigio, nuevamente, de la clase política vigente para permitir la convocatoria –con o sin Congreso– de una Asamblea Constituyente que pueda hacer viable un proyecto político de largo plazo. Esto es solo un rumor que da vueltas, pero que gana cierta fuerza por la actitud tan hostil y belicosa del Premier, del ministro de Defensa y de otros personajes políticos muy cercanos a las altas esferas del poder. Ojalá que todo se quede en un rumor.