Enrique Castillo,Opina.21
No se entiende por qué la contradicción entre el Presidente y el congresista si, como ellos dicen, todo fue claro y transparente. Ambos dicen que fue el otro el que lo convocó, y como ambos no pueden tener la razón, alguien no dice la verdad, ¿por qué?
¿Para qué se solicitó la reunión? El Presidente dice que el congresista le pidió la reunión; y el congresista dice que el Presidente lo convocó, y que él aprovechó para pedirle que el Gobierno colabore con la investigación. Pero ninguno dice con certeza cuál fue el motivo central de la convocatoria. Además, ¿no era García Belaunde el titular de una comisión investigadora que tenía todas las prerrogativas y mecanismos para obtener lo que quisiera con o sin la colaboración del Presidente?
¿Por qué la reunión se hizo con total reserva y casi en secreto? Sorprende que un hombre tan curtido en la política y con tanta experiencia en investigaciones como García Belaunde no se haya dado cuenta del error que iba a cometer al reunirse –sin conocimiento de nadie, y sin testigos congresales de por medio– con uno de los posibles citados o investigados, aunque sea el Presidente. Pero también da mucho que pensar la actitud del Presidente. ¿No se dio cuenta a qué estaba exponiéndose él y a qué estaba exponiendo al congresista?, ¿nadie le advirtió o le aconsejó nada al respecto? El ministro de Justicia, que participó en la reunión, ¿no pudo advertirle algo?
¿Todo ha sido solo un error?, ¿una ‘novatada’ y nada más? Difícil de creer.
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