Enrique Castillo,Opina.21
El post fallo hay que pensarlo y prepararlo en los diferentes escenarios, pero a puerta cerrada todavía.
Adicionalmente, creemos que sería un error creer que el post fallo se refiere solamente a la decisión de La Haya y a la relación con Chile. Es mucho más, o creemos que debe serlo.
Hoy –como hace algunos meses también lo hicieron con gran pompa y show mediático– el Gobierno, los expresidentes y los líderes de todos los partidos políticos se dan abrazos y besos, y se respaldan mutuamente. Hoy –como ayer– vemos a Humala, Toledo y García, sonriendo, estrechándose las manos, y dándose un fotográfico abrazo con un sonoro mensaje de unidad por el Perú.
Pero, ¿qué pasara con el Perú y sus delicados problemas –inseguridad, educación, reforma policial, etc.– siete, quince o treinta días después del fallo de La Haya?, ¿qué pasara apenas empiecen las campañas electorales?, ¿qué pasara con la comisión López Meneses, la megacomision, la reelección conyugal o la vitalicia?, ¿seguirán habiendo reuniones “presidenciales”, sonrisas, besos, abrazos y entusiastas respaldos?, ¿habrá alguna posibilidad de que por el Perú se dejen de lado los insultos y los ataques?
El Presidente Humala –el principal retador–, el Primer Ministro Villanueva, –que tendrá ya libre el camino para “emerger”–, así como la Primera Dama y los políticos en general –los contrincantes de turno–, tienen en sus manos que este post fallo interno sea una gran oportunidad para dejar la política barata y pensar un poco en el país.
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