25.ABR Jueves, 2024
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Opinión

El presidente Ollanta Humala dijo que su viaje a la Antártida era un asunto de trascendencia nacional. Arequipa y Nasca demostraron que su desgracia era prioritaria.

Mónica Delta,Opina.21
mdelta@peru21.com

El mandatario llegó al Polo Sur, conocido como sexto continente, acompañado por su inseparable esposa Nadine y sus pequeñas hijas. El mal tiempo quiso jugarle una mala pasada pues lo retuvo en Ushuaia, en la Patagonia argentina, más de la cuenta. Felizmente, la familia estaba casi completa, así que la espera para el mandatario no fue solitaria. Finalmente, contra viento y marea, pudo arribar a destino tras una reunión “al vuelo” de la Comisión Permanente del Congreso, que le extendió su permiso de salida del país.

Me parece inútil la discusión de si es o no importante para el Perú y para el “desarrollo científico” del país. Pero, asimismo, me parece poco sincero que el mandatario quiera darle un carácter “de Estado” a ese viaje, que pudo haber hecho en cualquier momento. Es lícito y tiene sustento para el común de los mortales que, en oportuno feriado, en la semana de San Valentín (que nadie entiende mucho su aparición en el calendario), el Ollanta “papá y esposo” quiera tener unos días de tranquilidad con su familia. Nadine tuvo hace poco un gran susto con el accidente automovilístico, por lo que un descansito no le venía mal; en Lima hace un calor de locos, la consulta por la revocatoria se está poniendo candente y, finalmente, sus hijas están a punto de terminar sus vacaciones escolares. Es humano buscar “refrescarse” unos días en un lugar misterioso , inhóspito y hasta romántico, y –de paso– saludar a los científicos de la estación Machu Picchu que, efectivamente, tienen muchas necesidades, pero que, a decir verdad, el jefe de Estado no tenía que estar “físicamente presente” para ayudarlos, si así lo había decidido.

Para algunos ha sido un error político no haber cancelado ese viaje para estar en Arequipa y Nasca desde el primer día, agilizando las medidas para disminuir el impacto de la tragedia. Para mí, lo que debe hacer es “echar” a quien lo hizo “patinar” al afirmar que el presidente de la región había pedido que no se declarara en emergencia Arequipa, cuando no era cierto.


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