Carlos Meléndez,Persiana americana
César Palomino, galeno, se ha forjado una carrera política en las calles. Pasó de presidente de la Federación Médica a decano del Colegio Médico del Perú en menos de un año. Su tenacidad en las protestas le permitió acoplar, bajo su liderazgo, a un sector importante del cuerpo médico, caracterizado por su alto nivel de identificación gremial. Este ha sido su principal capital para oponerse a las reformas que impulsa la gestión del Minsa.
Palomino se construye como líder antiestablishment. Su adscripción a Perú Posible es una casualidad. Su discurso es reivindicativo (enfatizando reclamos salariales para sus colegas), antisistema (crítico a las “tecnocracias del MEF y del Minsa”) y radical (plantea volver a la Constitución de 1979, “al menos en lo referido a la salud”). Su acceso al Colegio le ofrece recursos para una proyección nacional. Su cercanía a Foro Salud, una suerte de think-tank sectorial, es su apoyo para intentar un discurso propositivo, del cual carece.
La sobrepoblación de presidenciables de derecha ha dejado libre un espacio en la izquierda –e izquierda extrema–, desaprovechado hasta el momento. (Gregorio Santos sigue siendo “muy regional”). Mientras muchos digieren la sobremesa de un “outsider como uno” (léase Acurio), los gestos radicales aún tienen su público. Si no, recuerde cuáles fueron los pininos de quien gobierna el país ahora.
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