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"Para mí, la salsa es el idioma de los cuerpos"

“El salsero peruano es un gran coleccionista. En Lima he escuchado temas que ni siquiera sabía que había grabado”, nos dice Johnny Pacheco, una leyenda.

Foto: Difusión.
Foto: Difusión.

Johnny Pacheco,Músico
Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com

Johnny Pacheco es una leyenda salsera, no en vano fundó y dirige la Fania All Stars, la orquesta más importante en la historia de este género musical. Este viernes, y con Cheo Feliciano, Ismael Miranda y Rubén Blades entre sus filas, la Fania se presenta en el Estadio Nacional. Hay que ir.

¿La salsa es la música más maravillosa que existe?
Eso es seguro… y cada día que pasa lo confirmo más. Recorriendo el mundo he descubierto que los músicos, y en especial los salseros, somos unos embajadores, verdaderos representantes de nuestros pueblos y de sus voces, es decir, de toda América Latina. Además, tome usted en cuenta de que la Fania es toda una institución.

A eso iba. Si la salsa es la mejor música del mundo, y la Fania es la mejor orquesta salsera de la historia, eso significa que ustedes hacen la mejor música del mundo…
(Ríe). Para mí, es así. Cada vez que nosotros nos juntamos el suceso es mundial. En esta orquesta están los mejores músicos del mundo. Por eso, para mí es un honor estar a cargo de la orquesta que, me sabrá disculpar la falta de humildad, es toda una institución.

Dígame, ¿por qué se sienten embajadores de toda América Latina?
Mire, en el 72 hicimos un disco que se llamó Nuestra cosa latina, que fue todo un fenómeno, tanto que hasta se convirtió incluso en una película. Y con este disco empezamos a recorrer, primero, nuestros países, y los latinoamericanos nos decían “esto es nuestro”. Lo curioso es que lo mismo pasó en Nueva York (ríe). Entonces, no es que nosotros hayamos decidido ser embajadores de lo nuestro, la gente lo decidió así.

¿No es mucha carga representar a todo un continente?
Para mí es un orgullo, no una carga. Recuerdo que alquilamos el Yankee Stadium para hacer un concierto. Nos dijeron que el sitio era demasiado grande, pero fuimos capaces de meter 45 mil personas. ¿Y sabe qué dijeron los latinos? Esta es nuestra música y con eventos así nos ganamos nuestra carta de ciudadanía (suspira). Dígame, ¿carga u orgullo? Por ello, yo me siento querido donde quiera que vaya.

Como director de la Fania, qué hizo para controlar tantos egos, pues por ella han pasado los mejores músicos…
Yo me siento muy dichoso por haber logrado que en la orquesta no existan los egos. El ego lo dejamos bien encerrado en una cajita, le echamos llave, nos olvidamos de ella y salimos a tocar. Por eso, nos llevamos tan bien, por eso sentimos que ninguno de nosotros es mejor que el otro. Es más, los dones de los otros nos alegran porque sabemos que contrinuyen a nuestro éxito. En la Fania tampoco existe la envidia, por eso seguimos unidos.

¿La del 70 fue la década de oro para los salseros?
Podríamos decir que sí, porque en esa época empezó el fenómeno salsero mundial, las orquestas empezamos a viajar a todos los lados: Europa, Asia, África… fue, sin duda, una época maravillosa.

¿La Fania sigue vigente o vive de su prestigio, de lo que hizo en los 70?
Tan vigentes seguimos que estamos recorriendo el mundo. Mire, por mis viajes yo siento que la afición salsera cada día crece más. ¿Qué bailan los jóvenes en Europa? Salsa. ¿Qué bailan los jóvenes en Japón? Salsa. Y esta gente no solo baila la salsa, la vive.

¿La salsa es para bailar, para protestar, para hacer política, para qué es la salsa?
Para pasar un rato bueno, para bailar… y si el cuerpo da, para protestar (risas). Para mí, la salsa es el idioma de los cuerpos. Como músico, cuando empiezo a tocar siento una energía única, me siento capaz de todo. Imagínese lo que sienten los bailarines.

¿Cómo era Héctor Lavoe?
Fue uno de los músicos más populares de la Fania. Era un hombre de pueblo, por eso, se daba a querer. ¿El cantante de los cantantes? Todo intérprete de la Fania ha tenido su estilo propio. Por ejemplo, Ismael Miranda tiene una voz increíble. Llevamos juntos más de 40 años y su voz está impecable, mejor que antes, como una botella de vino tinto.

¿Qué piensa de Cheo Feliciano?
Con él tenemos más de 50 años de amistad. Si se hace un top five de los mejores cantantes, él tendrá que estar allí.

¿Cómo era Celia Cruz?
Una diosa que aún nos hace falta. Ella no solo tenía un talento inigualable sino que sabía ser buena compañera.

¿Cómo es Rubén Blades?
Tiene personalidad. Canta bien y compone muy grandes temas. ¿Qué pienso de su vocación política? Sus mensajes son positivos y eso le gusta a la gente.

Dígame, ¿qué piensa del salsero peruano?
Vive en locura, es erudito y un gran coleccionista. Me ha pasado escuchar en Lima temas que ni siquiera sabía que había grabado (ríe).

AUTOFICHA

- Estoy loco por tocar en Lima. El año pasado sentimos tanta energía que el escenario vibraba. Gracias a público como el peruano, la salsa se mantiene vigente.

- Lo que más me gusta del Perú es el cebiche (risas). Además, me encanta la gente porque es erudita y aprecia el trabajo del músico.

- La Fania tiene repertorio para tocar cuatro días y nos encanta dar yapita. No pueden perderse nuestro concierto porque los vamos a castigar, los vamos a hacer gozar.


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