Enrique Castillo, Opina.21
No hacía falta dar medidas más drásticas, simplemente había que aplicar las que ya existían. Y, considerando la realidad de una parte de la Policía y el Poder Judicial, mientras más drásticas sean las sanciones, más altas serán las coimas que se pidan.
No entendemos por qué no se puede aplicar a los choferes las medidas que se aplican a cualquiera mortal. Si como consecuencia de una mala maniobra o de una imprudencia matan a una persona, van presos y punto.
Si los conductores estaban ebrios, se quedan presos mucho más tiempo.
Si provocan un accidente y como consecuencia de ello varias personas resultan heridas, van presos y se acabó.
Si deben un sinnúmero de papeletas, se le hace un proceso coactivo a los propietarios de los vehículos y se les embarga la unidad o sus bienes.
Si hacen una mala maniobra o provocan un accidente, se les quita su licencia y la unidad va al depósito. Diez o 20 choferes o propietarios presos y se acabaron los “oriones” o los “chosicanos”.
Lo que pasa es que para eso se necesitan ministros y autoridades con pantalones; policías, fiscales y jueces honestos; y funcionarios eficaces e incorruptibles, y no los tenemos.
Por eso, el ministro, el gobierno y los alcaldes, en lugar de hacer que el papel aguante todo, deberían mirar hacia adentro y dedicarse a meter presos a los corruptos y a despedir a los ineficientes.
Porque en una época en la que todo está sistematizado, no puede ser que no encuentren a los infractores para meterlos presos o cobrarles sus papeletas.
¿Y cómo encuentran tan rápido a los que deben una papeleta?
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